Los famosos ídolos de piedra en la meseta de Mam-pupu-nior en Komi-Rusia son unas gigantes formaciones de piedra que alcanzan entre 30 y 40mts de altura, cuya formación se dio por los fuertes vientos, la lluvia y las temperaturas fluctuantes de esta zona.
De probada formación geológica,las historias, las raras leyendas y hasta el inaccesible contacto en las alturas las han convertido en un santuario de estas gélidas regiones, cuna de los pueblos originarios de la Siberia. Estas formaciones que parecen surgir de la nada, se encuentran en medio de la meseta de Manpupuner en la República de Komi. Como una especie de Stonehenge natural se hallan aisladas, lejos de cualquier montaña.
Éste sin duda es uno de los sitios más curiosos. Hace unos 200 millones de años, en el lugar en el que se ubican hoy día las piedras, se encontraban unas montañas que desaparecieron a causa de la erosión. Son conocidas como piedras Mansi o el milagro de Russia.

Para los mansi o vogules, una de las etnias aborígenes, constituyen los ídolos de piedra que han adorado durante siglos. En cada época del año, estas imponentes rocas ofrecen diferentes paisajes para aquellos que se acercan hasta la zona. En invierno, las columnas lucen completamente blancas, y en otoño se envuelven en el encanto de la neblina.

El pueblo Mansi (unas ocho mil personas) habla en la lengua del mismo nombre, perteneciente al grupo lingüístico fino-ugro, cuyo territorio se ubica en la zona este de los Urales, en la Siberia rusa. Por lo general la comunidad se dedica al pastoreo de renos en la tundra.
De ese país de inviernos largos cuenta una de las leyendas que en los tupidos bosques, cercanos a los Urales, habitó la poderosa tribu mansi.
“Los hombres eran tan fuertes que uno a uno vencían a los osos; y tan rápidos que podían alcanzar al más veloz de los ciervos”. En las yurtas acumulaban las pieles de los animales sacrificados y de éstas las mujeres hacían lujosos trajes. Los espíritus buenos, que habitaban en lamontaña sagrada de Yalping-Nier, ayudaban siempre a los mansi.

Los sugerentes contornos , en dependencia del lugar de observación, puedensemejar un hombre enorme, la cabeza de un caballo o de un carnero.
Quizás ello explica por qué las tribus mansi demostraban veneración a esas rocas, pero al mismo tiempo consideraban un pecado grande intentar acercarse a ellas. La mística popular se ha escapado con el tiempo y solo quedan borrosas leyendas.
1 comentario
Para mi es un viaje pendiente que tengo porque soy un enamorado de la fotografia y lo que la geologia ofrece a este arte.