El 5 de julio de 1811 se estampan las primeras firmas en el Acta de la Declaración de Independencia, pero el resto de las firmas se fueron realizando progresivamente hasta el 18 de agosto.
Previamente, el 19 de abril de 1810 se llevó a cabo la Proclamación de la Independencia, lo que se considera históricamente como la manifestación de la voluntad del pueblo caraqueño de obtener la independencia del imperio Español y posiblemente como el primer Referendo en la Historia de Venezuela. Sin embargo, hasta el 5 de julio de 1811 la máxima e indiscutible autoridad, por mandato Divino, era el rey de España, a quien debíamos obediencia, lealtad y respeto. A partir de ese momento el Rey se convirtió en símbolo del despotismo, la arbitrariedad y el abuso. España dejaba de ser el origen de la civilización y se transformaba en la responsable única de nuestra ignorancia, atraso y miserias.
El 5 de julio de 1811 se firmó el Acta de la Independencia de Venezuela, en la que se desconoce la autoridad impuesta por el imperio de España terminando con trescientos años de dominación española. Sin embargo, la firma del Acta de la Independencia fue realmente el comienzo de la Batalla para concretar la Independencia.

Proclama y elaboración
Un año antes, el 19 de abril de 1810 se llevó a cabo una proclamación "popular", mientras que el 5 de julio de 1811 esa proclamación se declaró formalmente en el Acta, la cual en los días subsiguientes fue firmada por los representantes de las provincias venezolanas.
El Acta de la Independencia, elaborada por Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi, fue aprobada el día 7 por todos los diputados, con la sola excepción del padre Manuel Vicente Maya, diputado por La Grita. Poco a poco la fueron firmando los representantes, hasta que el 18 de agosto estamparon las últimas firmas. Es por esto que al referirse a la efeméride del 5 de julio no debe decirse «día de la firma del Acta de Independencia», porque no es una afirmación correcta, ese día realmente fue la declaración de la Independencia de Venezuela.
Entre las influencias más importantes de la causa independentista venezolana se encuentran la introducción de las ideas del Enciclopedismo, la Ilustración, la Revolución francesa, la Revolución Americana, la declaración de Independencia de los Estados Unidos, y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Acta de la Declaración de Independencia
El 5 de julio de 1811 el Congreso Nacional declara solemnemente la Independencia de Venezuela.
Texto completo del acta, a continuación:
Acta de la independencia de Venezuela
Concejo Municipal, Caracas, Venezuela
En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810, en consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupación del trono español por la conquista y sucesión de otra nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza, por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden político de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberanía.
No queremos, sin embargo, empezar alegando los derechos que tiene todo país conquistado, para recuperar su estado de propiedad e independencia; olvidamos generosamente la larga serie de males, agravios y privaciones que el derecho funesto de conquista ha causado indistintamente a todos los descendientes de los descubridores, conquistadores y pobladores de estos países, hechos de peor condición, por la misma razón que debía favorecerlos; y corriendo un velo sobre los trescientos años de dominación española en América, sólo presentaremos los hechos auténticos y notorios que han debido desprender y han desprendido de derecho a un mundo de otro, en el trastorno, desorden y conquista que tiene ya disuelta la nación española.
Este desorden ha aumentado los males de la América, inutilizándole los recursos y reclamaciones, y autorizando la impunidad de los gobernantes de España para insultar y oprimir esta parte de la nación, dejándola sin el amparo y garantía de las leyes.
Es contrario al orden, imposible al gobierno de España, y funesto a la América, el que, teniendo ésta un territorio infinitamente más extenso, y una población incomparablemente más numerosa, dependa y esté sujeta a un ángulo peninsular del continente europeo.
Las sesiones y abdicaciones de Bayona, las jornadas del Escorial y de Aranjuez, y las órdenes del lugarteniente duque de Berg, a la América, debieron poner en uso los derechos que hasta entonces habían sacrificado los americanos a la unidad e integridad de la nación española.
Venezuela, antes que nadie, reconoció y conservó generosamente esta integridad por no abandonar la causa de sus hermanos, mientras tuvo la menor apariencia de salvación.
América volvió a existir de nuevo, desde que pudo y debió tomar a su cargo su suerte y conservación; como España pudo reconocer, o no, los derechos de un rey que había apreciado más su existencia que la dignidad de la nación que gobernaba.
Cuantos Borbones concurrieron a las inválidas estipulaciones de Bayona, abandonando el territorio español, contra la voluntad de los pueblos, faltaron, despreciaron y hollaron el deber sagrado que contrajeron con los españoles de ambos mundos, cuando, con su sangre y sus tesoros, los colocaron en el bono a despecho de la Casa de Austria; por esta conducta quedaron inhábiles e incapaces de gobernar a un pueblo libre, a quien entregaron como un rebaño de esclavos.
Acta de la Declaración de IndependenciaLos intrusos gobiernos que se abrogaron la representación nacional aprovecharon pérfidamente las disposiciones que la buena fe, la distancia, la opresión y la ignorancia daban a los americanos contra la nueva dinastía que se introdujo en España por la fuerza; y contra sus mismos principios, sostuvieron entre nosotros la ilusión a favor de Fernando, para devorarnos y vejarnos impunemente cuando más nos prometían la libertad, la igualdad y la fraternidad, en discursos pomposos y frases estudiadas, para encubrir el lazo de una representación amañada, inútil y degradante.
Luego que se disolvieron, sustituyeron y destruyeron entre sí las varias formas de gobierno de España, y que la ley imperiosa de la necesidad dictó a Venezuela el conservarse a sí misma para ventilar y conservar los derechos de su rey y ofrecer un asilo a sus hermanos de Europa contra los males que les amenazaban, se desconoció toda su anterior conducta, se variaron los principios, y se llamó insurrección, perfidia e ingratitud, a lo mismo que sirvió de norma a los gobiernos de España, porque ya se les cerraba la puerta al monopolio de administración que querían perpetuar a nombre de un rey imaginario.
A pesar de nuestras protestas, de nuestra moderación, de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de Europa, se nos declara en estado de rebelión, se nos bloquea, se nos hostiliza, se nos envían agentes a amotinarnos unos contra otros, y se procura desacreditarnos entre las naciones de Europa implorando sus auxilios para oprimirnos.
Sin hacer el menor aprecio de nuestras razones, sin presentarlas al imparcial juicio del mundo, y sin otros jueces que nuestros enemigos, se nos condena a una dolorosa incomunicación con nuestros hermanos; y para añadir el desprecio a la calumnia se nos nombran apoderados, contra nuestra expresa voluntad, para que en sus Cortes dispongan arbitrariamente de nuestros intereses bajo el influjo y la fuerza de nuestros enemigos.
Para sofocar y anonadar los efectos de nuestra representación, cuando se vieron obligados a concedérnosla, nos sometieron a una tarifa mezquina y diminuta y sujetaron a la voz pasiva de los ayuntamientos, degradados por el despotismo de los gobernadores, la forma de la elección; lo que era un insulto a nuestra sencillez y buena fe, más bien que una consideración a nuestra incontestable importancia política.
Sordos siempre a los gritos de nuestra justicia, han procurado los gobiernos de España desacreditar todos nuestros esfuerzos declarando criminales y sellando con la infamia, el cadalso y la confiscación, todas las tentativas que, en diversas épocas, han hecho algunos americanos para la felicidad de su país, como lo fue la que últimamente nos dictó la propia seguridad, para no ser envueltos en el desorden que presentíamos, y conducidos a la horrorosa suerte que vamos ya a apartar de nosotros para siempre; con esta atroz política, han logrado hacer a nuestros hermanos insensibles a nuestras desgracias, armarlos contra nosotros, borrar de ellos las dulces impresiones de la amistad y de la consanguinidad, y convertir en enemigos una parte de nuestra gran familia.
Cuando nosotros, fieles a nuestras promesas, sacrificábamos nuestra seguridad y dignidad civil por no abandonar los derechos que generosamente conservamos a Fernando de Borbón, hemos visto que a las relaciones de la fuerza que le ligaban con el Emperador de los franceses ha añadido los vínculos de sangre y amistad, por lo que hasta los gobiernos de España han declarado ya su resolución de no reconocerle sino condicionalmente.
En esta dolorosa alternativa hemos permanecido tres años en una indecisión y ambigüedad política, tan funesta y peligrosa, que ella sola bastaría a autorizar la resolución que la fe de nuestras promesas y los vínculos de la fraternidad nos habían hecho diferir; hasta que la necesidad nos ha obligado a ir más allá de lo que nos propusimos, impelidos por la conducta hostil y desnaturalizada de los gobiernos de España, que nos ha relevado del juramento condicional con que hemos sido llamados a la augusta representación que ejercemos.
Mas nosotros, que nos gloriamos de fundar nuestro proceder en mejores principios, y que no queremos establecer nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestros semejantes, miramos y declaramos como amigos nuestros, compañeros de nuestra suerte, y participes de nuestra felicidad, a los que, unidos con nosotros por los vínculos de la sangre, la lengua y la religión, han sufrido los mismos males en el anterior orden; siempre que, reconociendo nuestra absoluta independencia de él y de toda otra dominación extraña, nos ayuden a sostenerla con su vida, su fortuna y su opinión, declarándolos y reconociéndolos (como a todas las demás naciones) en guerra enemigos, y en paz amigos, hermanos y compatriotas.
En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos ha restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencies de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad.
Sin embargo de que conocemos las dificultades que trae consigo y las obligaciones que nos impone el rango que vamos a ocupar en el orden político del mundo, y la influencia poderosa de las formas y habitudes a que hemos estado, a nuestro pesar, acostumbrados, también conocemos que la vergonzosa sumisión a ellas, cuando podemos sacudirlas, sería más ignominiosa para nosotros, y más funesta para nuestra posteridad, que nuestra larga y penosa servidumbre, y que es ya de nuestro indispensable deber proveer a nuestra conservación, seguridad y felicidad, variando esencialmente todas las formas de nuestra anterior constitución.
Por tanto, creyendo con todas estas razones satisfecho el respeto que debemos a las opiniones del género humano y a la dignidad de las demás naciones, en cuyo número vamos a entrar, y con cuya comunicación y amistad contamos, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Venezuela, poniendo por testigo al Ser Supremo de la justicia de nuestro proceder y de la rectitud de nuestras intenciones, implorando sus divinos y celestiales auxilios, y ratificándole, en el momento en que nacemos a la dignidad, que su providencia nos restituye el deseo de vivir y morir libres, creyendo y defendiendo la santa, católica y apostólica religión de Jesucristo. Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes, y que como tal Estado libre e independiente tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad general de sus pueblos, declarar la guerra, hacer la paz, formar alianzas, arreglar tratados de comercio, límite y navegación, hacer y ejecutar todos los demás actos que hacen y ejecutan las naciones libres e independientes.
Y para hacer válida, firme y subsistente esta nuestra solemne declaración, demos y empeñamos mutuamente unas provincias a otras, nuestras vidas, nuestras fortunas y el sagrado de nuestro honor nacional.
Acta de la Independencia (completa en formato PDF-Acrobat)
Casi al final del Acta se lee: «Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y la autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias unidas son, y de hecho y de deben ser desde hoy, de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes ...»
El 8 de julio de 1811 el establecido Poder Ejecutivo ordena que el Acta sea publicada, ejecutada y autorizada con el sello del Estado y Confederación. Asímismo se ordena que se ilumine por tres noches la ciudad de Caracas "de un modo noble y sencillo, sin profusión ni gastos importunos, empezando desde el propio día domingo". También se ordena que de inmediato se reciba a la tropa el juramento de reconocimiento y fidelidad, prescrito por el Congreso, en un acto público. Todos los cuerpos políticos, eclesiásticos y militares de Caracas estaban obligados a prestar el juramento ante las nuevas autoridades.
Firmantes en el Acta de la declaración de Independencia:
- Provincia de Caracas: Isidro Antonio López Méndez, Juan Germán Roscio, Felipe Fermín Paúl, Francisco Xavier Ustariz, Nicolás de Castro, Fernado de Peñalver, Gabriel Pérez de Pagola, Salvador Delgado, El Marques del Toro, Juan Antonio Días Argote, Gabrilel de Ponte, Juan José Maya, Luis José de Carzola, José Vicente Unda, Francisco Xavier Yanes, Fernando Toro, Martín Tovar Ponte, José Angel de Alamo Francisco Hernández, Lino de Clemente, Juan Toro.
- Provincia de Cumaná: Francisco Xavier de Mayz, José Gabril de Alcalá, Juan Bermúdez, Mariano de la Cava.
- Provincia de Barinas: Juan Nepomuceno de Quintana, Ignacio Fernández, Ignacio Ramón Briceño, José de la Santa y Bussy, José Luis Cabrera, Ramón Ignacio Méndez, Manuel Palacio.
- Provincia de Barcelona: Francisco de Miranda, Francisco Policarpo Ortiz, José María Ramírez.
- Provincia de Margarita: Manuel Plácido Maneiro
- Provincia de Mérida: Antonio Nicolas Briceño, Manuel Vicente de Maya.
- Provincia de Trujillo: Juan Pablo Pacheco.
Guerra de Independencia
Relacionado: Las 80 batallas de la Guerra de Independencia de Venezuela
Pero la firma del Acta de Independencia fue realmente una carta intención del nuevo país. Con la declaración de independencia no necesariamente se puede considerar que Venezuela fue un país independiente, ya que con este hecho y las campañas emprendidas por los republicanos, se inició la "Guerra de Independencia" en el territorio venezolano. No fue sino entre los años 1821 y 1823 cuando en Venezuela realmente alcanzamos la completa independencia de España. La independencia de Venezuela se logró efectivamente en los campos de batalla, donde los republicanos enfrentaron y derrotaron finalmente al ejercito español.
Entre estas batallas, el 24 de junio de 1821 se lleva a cabo la Batalla de Carabobo, la cual concluyó con la retirada del ejercito realista y fue de trascendental importancia para liberar el territorio venezolano de la ocupación española. Luego, el 24 de julio de 1823 se libra la Batalla naval del Lago de Maracaibo, con la cual queda sellada la Independencia de Venezuela, ya que aún quedaban provincias occidentales bajo el control de españa.
Influencia en Iberoamérica
Venezuela fue el primer país iberoamericano que declaró su independencia, pero con esto se acrecentó la tendencia independentista en América. Simón Bolívar, prócer venezolano y considerado como el "Libertador de América", además de ser protagonista central de estos eventos en nuestro país, contribuyó de manera histórica y decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
La independencia venezolana también influyó en otro frente de batalla, en el movimiento independentista liderado por José de San Martín con el que se alcanzó la emancipación de Argentina, Chile y Perú.
37 comentarios
Dependientes de otros.
A veces pienso que la independencia no existe como tal. Una ficción màs de la vida.
- bueno, hora del saludo de despedida...eh -
La constante divulgación de las emancipaciones y la presunción de repúblicas, son una manipulación histórica mas, y la utilización más descarada del sentimiento independentista y republicano; principalmente con la creación de falsos próceres y actuales libertadores, para ideologizar instituciones y milicias, convirtiéndolos en verdaderos caballos de Troya; para el establecimiento y consolidación de la neomonarquía financiera mundial; para terminar de establecer en todos los pueblos sus dominios económicos y políticos.
Esta exposición es producto de una serie de trabajos de investigación política, publicados transitoriamente en la página de estudios históricos y teológicos: http://www.crónicabiblica.com/, transferidos de forma completa a: http://www.lucasblancoacosta.com, página que he habilitado para estos menesteres políticos y para presentar 95 propuestas, promoviendo actualmente su nutrición y apoyo, en la conformación de un bloque nacional en toda Venezuela, que sea producto de alianzas de candidaturas independientes a la nueva Asamblea Nacional Venezolana, a elegirse el próximo 26 de septiembre de 2010.
En esta naciente página web, en el enlace: Carta Para Venezuela solicito apoyo integral a todos los venezolanos conscientes de la realidad, para disponer de recursos económicos y poder usar en el transcurso de esta campaña electoral los medios de comunicación nacionales y locales; para la conformación y promoción de este nuevo proyecto, que no representará los intereses extranjeros, ni oficialistas, ni los de la alta dirigencia opositora, que ha demostrado ser una parte más de este ambivalente sistema establecido por más de 500 años.
Lucas Blanco Acosta
Candidato independiente por la Circunscripción Nº 2 de los municipios Carirubana y Los Taques, del Estado Falcón
http://www.lucasblancoacosta.com
La complicidad nacional e internacional de las cúpulas de derecha y la izquierda es de vieja data, pero actualmente se hace más evidente, y como siempre han actuado sus correligionarios, consciente o inconscientemente, como peones políticos del neocolonialismo bancario y bélico, que domina actualmente el mundo; verdadero monopolio representado por más de 200 años por la City Londres o Casa Rothschild de Inglaterra, La Corporación Británica y sus Sociedades Secretas; como hemos explicado en gratuitas exposiciones en la web www.lucasblancoacosta.com, en artículos y libros como: “Las falsas independencias y sus bicentenarios” y “La conspiración mundial de la derecha y la izquierda” y ahora la “2ª Carta a Venezuela”.
Un ejemplo fresco es el insistente apoyo al candidato de izquierda Ollanta Humala, por parte del escritor y derechista premio nobel de Perú, Mario Vargas Llosa, supuesto “contrario continuo” a Hugo Chávez; Humala, sin lugar a dudas, realmente, un incondicional del presidente de Venezuela; y a pesar de su estratégia actual de desligarse de “esa nova” que se convirtió en un “agujero negro”, con la cínica actitud de Vargas Llosa, nos permiten nuevamente correr fácilmente la cortina oculta de la derecha y la izquierda. Que demuestran, una vez más que una y otra no son otra cosa que una misma moneda de dos caras, DESPIERTA LATINOAMÉRICA, y reconoce a tus verdaderos invasores.
La disuasión del Establishment Mundial o la mafia que rige las altas esferas de la derecha e izquierda (Mafia X), es tan persuasiva, que nunca deja dudas o lugar para titubeos, para aquellos que le obedecen. Actualmente esto se demuestra, en la fecha de la “toma de posesión de Hollanta Humala”, en la presidencia del Perú, que sería el próximo 28 de julio; ese mismo día, es el cumpleaños del presidente de Venezuela; y el regalo que le tiene preparado el Establishment Mundial o la Mafia X, es al Perú mismo. Les invito a leer la 2ª Carta a Venezuela en www.lucasblancoacosta.com