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Aprende a identificar el por qué de las rabietas de tus hijos

Es natural que un niño haga berrinches, ésta es su manera de expresar su incomodidad o disgusto ante una situación. Sin embargo, los padres deben aprender a sobrellevar este tipo de acciones, sin llegar a los castigos o a la malcriadez.

Los adultos en muchas ocasiones suelen subestimar a los niños, si bien es cierto que son seres pequeños, indefensos e inocentes, también es verdad que son inteligentes y perceptivos. Por lo tanto es importante diferenciar la causa o detonante de un berrinche.

Los niños pueden llorar, gritar, dar vueltas en el suelo, cruzar los brazos, etc., por diversos motivos: malcriadez, inconformidad, sueño, hambre, incomodidad, aburrimiento, etc. Lo importante es que los padres logren determinar el por qué sus hijos tienen tales comportamientos.

Las rabietas en los niños.
Las rabietas en los niños.

Cabe destacar que los niños no poseen la madurez necesaria para afrontar una determinada situación así que si un niño de 2 años de edad siente sueño, lo más probable es que comience a llorar desconsoladamente. Al igual, cuando un bebé recién nacido llora no necesariamente es porque sienta hambre, también puede sentirse incómodo si su pañal está sucio, puede tener algún malestar o dolor (generalmente suelen ser cólicos) e incluso lo hacen sólo para liberar energía.

También existen los casos de niños que hacen “pataletas” para conseguir algo a cambio.Ejemplo: Vas al centro comercial con tu hijo(a) y ve un juguete que le llama la atención, lo más seguro es que te pida que le compres el juguete, el problema vendrá si te niegas a su petición, ya que posiblemente comience a llorar incesantemente hasta que tú “se lo compres para que deje de llorar y te evite pasar la vergüenza en el lugar”. Éste tipo de acciones solo refuerza el acto negativo y le indica a tu hijo que si llora obtendrá lo que desea.

En este sentido, es importante que los padres aprendan a ser conscientes de la situación e identificar el motivo de la rabieta para controlarla y evitarla. No se trata de tratar al niño con dureza o castigarlo, sino de evitar aquellas situaciones que puedan provocar su malestar.

Ejemplo: Si tu bebé llora todos los días a una hora específica, sin tener algún dolor o malestar, ni hambre o sueño, puede significar que necesite descargar o liberar energía. Así que trata de jugar más con él en el día y de realizar actividades que le ayuden a drenar la energía.

Asimismo, la paciencia es “vital” para sobrellevar una rabieta, debes tomar en cuenta que cuando los niños se sienten enfermos van a ser más irritables. Por lo tanto ármate de paciencia y ponte en su lugar.

De igual forma trata de desviar su atención, realiza un juego con él, muéstrale algo que le llame la atención, invítalo a cantar alguna canción, diviértete con él. A veces sus rabietas son una forma de decirte que quieren estar más tiempo contigo.

No olvides ser flexible –en algunos casos-, comunicarte con tu hijo, negociar y lo más importante, comprender a tu hijo. Si Anita quiere jugar un rato más con su muñeca antes de tomar un baño ¿de verdad crees que es algo que no puedas aceptar? El ser flexibles en algunas ocasiones no implica mostrarte débil ante tu hijo o perder autoridad.

Trata de introducir tus normas y tus limites de forma paulatina, no olvides recompensar las buenas acciones o conductas, sin embargo, no es recomendable premiar a los niños con algo material, ya que les podrías enseñar a que si hacen X cosa obtendrán algo a cambio; simplemente dile lo bien que se portó y lo buen chico que es, eso lo hará sentir bien.

En cuanto a su mal comportamiento no lo afrontes de manera negativa, está prohibido gritar, insultar o maltratar a tu niño. Idealmente dile el por qué está mal lo que hizo y si lo crees necesario puedes castigarlo. Los castigos no tienen que ser al estilo medieval, solo colócalo en un sillón aparte por unos minutos y prohíbele que se levante, hasta que cambie su actitud. Si eres violento sólo provocarás que el también lo sea o sienta temor de ti.

Recuerda que los berrinches no pueden tener consecuencias ni negativas ni positivas, de ésta manera tu hijo poco a poco aprenderá que esto no lo lleva a nada y que la mejor manera es comunicar lo que desea de una forma “civilizada”.