En un ecosistema todos los seres u organismos tienen una función. Unos se alimentan de otros formando una cadena trófica o alimentaria.
Todos los organismos de un ecosistema poseen una función específica en la cadena trófica (alimentaria, o alimenticia) que permite que mantener un balance de vida en el mismo. La cadena trófica es la secuencia unidireccional que estipula como un ser vivo se alimenta de otro. Se trata por un lado de una cadena de consumidores, depredadores, pecoreadores, descomponedores, parásitos y comensales; y por otro lado los organísmos, hierbas, plantas, presas (animáles, insectos, parasíticas o vegetales).
En la cadena trófica se describe la conversión o el paso de la energía y nutrientes de un ser a otro a través de la alimentación y el metabolismo, la piramide alimenticia de que o quien se come a que, y de las entidades que se encargan de descomponer o degradar un ecosistema. Existen diversas cadenas tróficas terrestres y marinas.

Niveles tróficos
Esta cadena posee eslabones o niveles conformados por organismos organizados de forma lineal y unidireccional, donde uno se alimenta del otro y así sucesivamente. Todos los seres que forman parte del ecosistema necesitan nutrirse, es por eso que cada uno pertenece a un nivel específico de la cadena trófica, los cuales son: productores; consumidores primarios, secundarios y terciarios; y descomponedores.

Productores (1º nivel)
Son el primer nivel de la cadena y representan el 99% de la materia orgánica de los seres vivos. Estos seres utilizan la energía solar para producir su propio alimento (heterótrofos) a través de la fotosíntesis, los cuales luego son transformados en energía química.
Este grupo está conformado por plantas verdes, algas verde-azules, algunos organismos procarióticos y un mínimo de bacterias. En el ecosistema terrestre las plantas representan al mayor sector productor de energía, mientras que en el acuático son las algas.

Consumidores (2º nivel)
Los consumidores son aquellos seres que no son capaces de fabricar su propio alimento, por lo cual tiene que alimentarse de otras especies para obtener la energía necesaria para vivir. Están clasificados en tres subniveles: consumidores primarios, secundarios y terciarios.
- Consumidores primarios: Se denominan herbívoros, se alimentan de los productores para obtener la energía solar acumulada en forma de azúcar, almidón, celulosa, etc. En el ecosistema terrestre algunos miembros de este grupo son: caballos, venados, roedores, ovejas, muchos peces, entre otros. En el mundo acuático son crustáceos, moluscos, hongos, etc.
- Consumidores secundarios: Son animales carnívoros se alimentan de los herbívoros, como por ejemplo: lobos marinos, pumas, zorros, boas, orcas, etc.
- Consumidores terciarios: Son aquellos que se comen a los consumidores secundarios. Ejemplo: un conejo (consumidor primario) se come una planta (productor), una boa (consumidor secundario) se come al conejo (consumidor primario), y un halcón (consumidor terciario) se come a la boa (consumidor secundario). Algunos autores consideran que los carroñeros también pueden integrar este grupo ya que se alimentan de los restos que dejan los demás consumidores.
Descomponedores (tercer nivel)
Los descomponedores son los encargados de transformar los restos orgánicos en materia inorgánica que es absorbida por los productores y reciclada durante el proceso de producción de energía. De esta mañanera se forma en ciclo que permite dar paso a la vida.
Algunos de los miembros de este grupo son: hongos, bacterias u otros microorganismos. En este grupo se encuentran los carroñeros que se alimentan de cadáveres, como las hienas o los buitres.

Hongos
La cadena trófica es necesaria para mantener el balance dentro del ecosistema, por tal motivo cada especie necesita de la otra para sobrevivir.
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