La OMS (Organización Mundial de Salud) publicó el pasado 21 de agosto los lineamientos para el uso de antivirícos en las personas afectadas por el virus H1N1, causante de la gripe anteriormente llamada porcina.
Los lineamientos son el resultado del trabajo de un grupo de médicos y científicos que se avocaron al estudio de los efectos de estos medicamentos. Se hizo énfasis en el tratamiento de acuerdo a la gravedad del virus, los adultos y los niños afectados por una gripe A severa o con alto riesgo de desarrollar complicaciones derivadas de esta enfermedad deben recibir antivirales, como el 'Tamiflu' de Roche. Sin embargo, las personas sanas con síntomas medios o leves no necesitan tomar estos fármacos.
Según la agencia de noticias Reuters expertos internacionales que revisaron la última evidencia revelaron que Tamiflu, del laboratorio suizo Roche, "puede reducir significativamente el riesgo de neumonía", una de las principales causas de muerte por gripe pandémica o estacional.

Uno de los puntos mas importantes dentro de la investigación fue aconsejar empleo del oseltamivir y el zanamivir para prevenir la gripe grave y la muerte, disminuir la necesidad de hospitalización y acortar la estancia hospitalaria.
El uso de los antivirales queda a juicio de losmédicos quienes a través del estudio de los casos, y riesgos de lospacientes son los que tienen la difícil decisión de suministrarlos, sinembargo son las mujeres embarazadas, niños menores de 5 años ypacientes en condiciones graves a quienes se les recomienda, ya que secaracterizan por ser el grupo de riesgo en el que la enfermedad puedeagravarse.
De igual manera es necesario tomar en cuenta los síntomas publicados por la OMSque pueden representar una evolución en el virus. Recomiendan buscaratención médica inmediata con la aparición de los siguientes síntomas:
- Sensación de falta de aire, ya sea en reposo o al hacer esfuerzos físicos;
- Dificultad para respirar;
- Aspecto azuloso o amoratado de la piel y los labios;
- Esputo sanguinolento o de color anormal;
- Dolor torácico;
- Alteraciones de la conciencia;
- Fiebre elevada que persista por más de tres días;
- Caída de la presión arterial.
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