Se dice que el amor es ciego y científicamente parece ser una afirmación correcta.

Un grupo de científicos británicos de la University College London (UCL), quienes realizaron una serie de tomografías en los cerebros de madres jóvenes mientras miraban a sus bebés, y en los de personas que observaron imágenes de sus amantes, observaron como se activaba una región especifica en el cerebro donde se encuentran los sentimientos y además, se desactivaron algunas partes del cerebro, una de las cuales donde se encuentra el sistema que interviene en la creación de juicios negativos, lo que llevaría intervenir en la percepción ante las áreas "oscuras" del ser querido y causar cierta ceguera en los sentimientos.
Se supone que tanto el amor maternal como el romántico son experiencias muy gratificantes, que están totalmente vinculadas con la perpetuación de la especie y, en consecuencia, tienen una función biológica estrechamente ligada y de crucial importancia para la evolución.
9 comentarios
Si no fuera ciego, nadie estaría enamorado porque todos estamos lejos de la perfección...que viva el amor.