Especialistas aseguran que el medicamento Reolysin reduce el tamaño del tumor, sin producir la muerte de las células "buenas" ni generar tantos efectos secundarios como los tratamientos tradicionales.

Durante más de 70 años -cuando se descubrió en 1936-, miles de millones han sido las personas afectadas por el cáncer, que no perdona edad, sexo, raza o estatus social. Asimismo, miles de millones han sido los intentos de científicos por encontrar alguna cura; muchas han demostrado ser potentes, otras han desaparecido al ver que no dan buenos resultados, pero hasta ahora no se ha encontrado una fórmula tan poderosa que pueda combatir los diferentes tipos de cánceres en el mundo.
Recientemente, un equipo de especialistas del Oncolytics Biotech Inc. ha descubierto un nuevo tratamiento contra el cáncer que, a diferencia de la quimioterapia y radioterapia, no destruye las células sanas del organismo. Este medicamento se conoce como REOLYSIN. No es más que un virus humano que circula a través del tracto respiratorio y gastrointestinal y no representa mayor peligro para el que lo posee.
Una inyección de Reolysin directamente al tumor hace que éste se reduzca y no pueda expandirse por otros órganos del cuerpo, atacando las células cancerígenas y no las células normales. Una vez realizado este procedimiento, el paciente es sometido a los tratamientos de quimioterapia o radioterapia, según sea el caso.
Resultados efectivos
En un experimento realizado en los hospitales Royal Mardsen en Londres y el St. James en Leeds, Inglaterra, a 23 pacientes con tumores de pulmón, de colon y recto, ovario y piel, se pudo observar que en 14 de ellos –tratados con Reolysin y quimioterapia y radioterapia- hubo una reducción del tamaño del tumor.

"La ausencia de efectos secundarios significativos en este estudio es extremadamente tranquilizador para los futuros ensayos con pacientes que reciban radioterapia con el objetivo de curar su cáncer", señaló el doctor Kevin Harrington, quien dirigió el estudio en Londres, a BBC Mundo.
Científicos de ambos centros de investigación esperan que la combinación del Reolysin con tratamientos tradicionales pueda convertirse en la cura de esta enfermedad que anualmente afecta a 3.200.000 personas en el mundo.
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