Tiene mucho sentido que Sudáfrica haya hecho a Bloemfontein el escenario principal para el comienzo de la tercera fase. Un viaje a Bloemfontein es una experiencia en sí misma.
La ciudad es la capital judicial del país y sede de la Corte de Apelación, además de centro neurálgico en el tráfico económico entre la provincia central de Gauteng y la región suroccidental de Sudáfrica. La ciudad de las rosas, como se conoce a la localidad por la abundancia de ese tipo de flores, ofrece un claro contraste con la bulliciosa Johannesburgo. "En 15 minutos estás en la mayoría de sitios y no hay mucho tráfico”, aseguran sus habitantes. Los partidos en Bloemfontein serán disputados en el estadio Free State, que fue modernizado y albergará a 40.000 espectadores.

Cerca del estadio hay dos lugares que se pueden visitar durante los horarios en que no hay fútbol: el zoológico de la ciudad en King's Park (se entra por Henry Street) y la zona comercial cercana al lago denominada Loch Logan Waterfront, la versión local del Free State de las zonas de entretenimiento de Ciudad del Cabo, que cuenta con restaurantes, bares, boutiques y cines.
Además de tomarse un taxi al estadio, el mejor modo de transporte es la amplia cadena de conexiones de la red Park and Ride (Estacione y Viaje) que se armará para este torneo. Se puede guiar hasta el Northridge Mall en Eufees Road; hacia el campus de la Universidad del Free State hacia el oeste, al viejo hipódromo de Bloemfontein; o el Windmill Casino entre la ruta N1 y el centro.
La Ciudad de las Rosas
Debido a los innumerables Rosales que florecen a su alrededor, Bloemfontein no solamente es la ciudad sudafricana más fácil de recorrer a pie, aún cuando la mayor parte de sus atracciones están cerca de la Plaza Hoffman, que es el lugar provisional de la Fiesta de Fanáticos de la Fifa. Verán que es fácil perderse en una ciudad de trazado cuadriculado que en cualquier otra.

En el lado positivo, la ciudad es relativamente segura y está llena de lugares históricos tales como: el Museo Nacional, la Corte de Apelaciones, el Fuerte Raadsaal (el viejo parlamento del Orange Free State) y el Edificio Municipal. Otra visita obligada es una caminata a la Colina Naval, sitio del emplazamiento militar británico durante la Guerra Boer. Situada al norte del centro de la ciudad, ofrece una extraordinaria vista, y es también el lugar donde se encuentra la Reserva de Caza Franklin, abierta de 8am a 5pm con admisión libre.
El aeropuerto de la ciudad, remodelado para la Copa Mundial, está a 10 km al este de la ciudad sobre la ruta N8. Se puede conseguir que un automóvil de alquiler espere ahí o ordenar previamente un taxi-minibus.

'Bloem' es a menudo descripta por los no residents como una ciudad estancada, pero no es una descripción justa. Quizás no tenga el ruidoso y jocoso ambiente urbano de sus hermanas mayores como Johanesburgo y Ciudad del Cabo, pero como ciudad universitaria puede tener una vida nocturna digna de las mejores ciudades, especialmente en Second Avenue, en el suburbio de Westdene al norte del centro de la ciudad, y en las cercanas calles Kellner y Zastron, así como en la Nelson Mandela Avenue.
Mystic Boer, en Kellner Street, es un bello lugar, un bar con música de muy buen nivel, en la línea del vivaz Barba's Cafe (Second Avenue). Su especialidad es la comida griega, y aunque no se pueden romper platos ahí, eso no hace que sus mezes y kleftikos y otros platillos típicos sean menos auténticos. Otros buenos lugares donde ver música en vivo son Kicks en Ferreira Road y Roxy Rhythm Bar en Ella Street.
Hablando de salir de la ciudad, una increíblemente escénica ruta conecta a Fouriesburg con Clarens en el este del Free State, mientras que el parquet nacional Golden Gate Highlands, a unos 300 km al noreste de Bloemfontein en la R712, tiene que ser disfrutado. No es particularmente famoso por su vida salvaje, a pesar de que sus cebras y otras bestias pueden llegar a aparecer, sino mayormente por la belleza del paisaje, y sus atardeceres son realmente extraordinarios. Abierto diariamente, con una admisión de $60 R por persona por día.

Las típicas granjas afrikáner rodean la ciudad, en la que blancos y negros siguen viviendo en mundos diferentes. Como en casi toda Sudáfrica, la minoría blanca ocupa los barrios más elegantes entre rejas de seguridad. Mientras, los negros siguen habitando en los humildes suburbios de las afueras.