Las grandes empresas de hoy día requieren de cambios organizacionales para subsistir, de esta manera Blake y Mouton, consultores empresariales, presentan el Modelo de Excelencia, Cuadro Organizacional Grid. Éste último permite identificar los tipos de gerencia presentes en la empresa, desde el menos deseado hasta el ideal.

En la actualidad el capital humano como competitividad empresarial, es un concepto cada vez más amplio dentro de las organizaciones. Éste, debe ser cuidadosamente estudiado con la finalidad de determinar las fortalezas y debilidades del mismo, siendo el desempeño gerencial de los empleados un aspecto de especial atención. Así, los altos directivos son quienes toman las grandes decisiones, y son de quienes depende el desarrollo en términos de excelencia, de una organización. Blake y Mouton, consultores empresariales norteamericanos, desarrollaron un instrumento conceptual con pretensiones diagnosticas que denominaron The Managerial Grid es decir la Cuadricula Gerencial, que permite explicar los distintos estilos de gerencia y de liderazgo administrativo.
Los autores de este modelo, determinaron que uno de los problemas que afectan profundamente a una institución es la falta de un estilo gerencial que permita definir en qué posición se encuentra sus directivos y como se fundamenta la toma de decisiones hacia la búsqueda de la excelencia.
Para ello, se basaron en tres factores relacionados al comportamiento de las organizaciones: El propósito o fin de la organización -toda organización busca una producción unos resultados o logros-, La gente -No es posible alcanzar propósitos y desarrollar tareas sin contar con personas que trabajen de forma integrada-, y La jerarquía -en toda organización se establece jerarquía de mando-.
De esta manera establecen cinco estilos de gerencia principales:
El estilo 1.1: representa un interés mínimo tanto por la producción como por las personas. El compromiso de la organización no está orientado hacia el progreso, sino hacia la supervivencia. No existe una verdadera planificación. Las circunstancias determinan las acciones. Como consecuencia, la autoridad, el control y la supervisión son funciones que se ejercen eventualmente por no contraer responsabilidades. De esta forma, cada quien tiene libertad para desempeñar sus tareas como le parezca mejor. Las comunicaciones en este tipo de organizaciones se encuentran reducidas a su más mínima expresión. Por lo tanto las opiniones son poco esperadas y poco valoradas. Este estilo es propio de organizaciones que van en vías del fracaso, en vez de ser un estilo con el que se comienza. Verdaderamente, se trata de un estilo empobrecido de gerencia, este estilo no obstante puede ser productivo en algunas circunstancias por ejemplo en trabajos científicos.
El estilo 1.9: implica mínimo interés por la producción y máximo por la gente. Es una orientación hacia a la obtención de armoniosas relaciones de trabajo que crean un clima agradable en la ejecución de las actividades laborales, en donde las relaciones humanas alcanzan una importancia notable en sí misma. De esta manera se considera al grupo de trabajo como aquella unidad que coopera con la producción. Mientras, La producción o consecución de metas queda en un lugar secundario. Las funciones de autoridad, control y supervisión se realizan en base a los principios de motivación, auto control y cooperación respectivamente, con el fin de que el grupo a través de un ritmo de trabajo confortable, desarrollen su sentido de pertenencia en la organización y un ritmo de eficiencia. En cuanto a la planificación de sus acciones, se busca alcanzar el consenso sobre diferentes ideas y opiniones, creando así un clima bastante armónico en donde predomina la lealtad al grupo por encima de la responsabilidad con respecto al trabajo.
El estilo 9.1: ocupa la posición opuesta al anterior y significa máxima preocupación en la producción y mínima por la gente. Consiste en ver al personal como instrumento de producción, sometido a los principios de autoridad y jerarquización. La gente debe adaptarse al trabajo y no se les presta más atención que la requerida como medio o instrumento de producción. El uso del poder jerárquico en sentido vertical es la base del control. Las relaciones uno a uno Jefe y subordinado, son las interconexiones claves dentro del sistema. La base de este estilo reside en una contradicción inevitable entre los objetivos de la organización y las necesidades de sus trabajadores. Es necesario cumplir con la producción aunque se sacrifiquen las necesidades humanas.
El estilo 9.9: implica la máxima preocupación, tanto por la gente como por la producción. Existe una necesidad básica de satisfacer a la gente, en primer orden de prioridad. Se trata de la necesidad de estar integrado y comprometido con el trabajo productivo. Mediante tal integración, las capacidades de los individuos para pensar creativamente y descubrir nuevas ideas se utilizan al máximo. La diferencia entre este estilo y los otros, está en el establecimiento de las metas de la empresa y el uso de las mismas como enfoque básico de dirección a una gran variedad de problemas. En consecuencia la capacidad de la gente en comprometerse con los propósitos de la organización, planteados en términos de las metas, es medida fundamentalmente de integración e identificación con la misma. La producción y hombre, la clave es el compromiso y la participación de los responsables en la planificación y ejecución del trabajo. La participación planificada y la identificación del personal con las metas trazadas, generan el tipo de acción colectiva o de equipo. Con eficacia organizacional a nivel de logros, tanto en la autorrealización y satisfacción en el trabajo con en la producción misma.
El estilo 5.5: representa una preocupación intermedia de equilibrio o burocracia. La dimensión gente en la situación de trabajo es tan importante como la dimensión producción. La gente trabajara gustosa y hará lo que se le pida si las razones para hacerlo son explicadas. Sin embargo, esto se hace con el objeto de aminorar resistencias, y no porque se concederé que los trabajadores tienen algo importante que aportar. El énfasis esta en hacerle creer a los trabajadores que participan en la toma de decisiones. Se busca una posición intermedia entre el logro de resultados aceptables y su atención al personal a su cargo. Esto es buscar el equilibrio entre los intereses de las instituciones y las necesidades de los trabajadores, así mismo el Gerente bajo este estilo considera que al personal hay que darle participación, pero en la práctica no lo hace completamente.
Así, Blake y Mouton lo definen en resumen, como un diseño planeado de conceptos y estrategias, de tácticas y técnicas para transformar una organización de la situación actual hacia la excelencia. Actualmente es urgente entender que la dinámica de la renovación: los avances científicos y tecnológicos de los últimos años, exigen a las instituciones una adaptación constante que les permita la consecución de los objetivos planteados, no sólo con el objetivo de sobrevivir sino de liderar en el mercado.
