Pueden escucharla fetos, niños, adultos y personas de la tercera edad como una opción para encontrar la tranquilidad y el sosiego que el día a día nos niega.

Quien dice que escuchar los sonidos de las olas del mar, de la lluvia o de los pájaros en un bosque es una pérdida de tiempo, no sabe realmente lo que está afirmando. En este mundo cada día más estresante, acelerado y convulsionado, millones de personas han acudido a diferentes técnicas de relajación para encontrar una nueva y más tranquila forma de vida.
Una de estas opciones es la musicoterapia, o mejor conocida como música de relajación, que no es más que aprovechar los recursos naturales o instrumentos musicales para crear pistas que inviten al oyente a relajarse.
Se piensa que el origen de la musicoterapia se dio después de las guerras mundiales para ayudar a los soldados a recuperarse de la neurosis causada por esos terribles y angustiantes momentos.
Con frecuencia, se suele relacionar la música con momentos de felicidad, para bailar, para cantar e, incluso, para llorar. Sin embargo, las potencialidades de la música van mucho más allá. Hoy en día, se utiliza como método alternativo para la curación de enfermedades (como el cáncer, por ejemplo), erradicar el insomnio y el estrés, aliviar las preocupaciones y reducir la ansiedad, la depresión y hasta el dolor.
Esta terapia puede ser aplicada en niños, adultos y personas de la tercera edad, sin distingo de sexo, con diferentes problemas físicos, emocionales, intelectuales o sociales. El paciente tiene la libertad de escuchar trozos musicales cuantas veces lo desee.
Las mujeres embarazadas también pueden escuchar y colocar cerca del vientre música relajante, para estimular el desarrollo psicomotor del feto. Se ha comprobado que los niños a los que se les ha colocado música clásica, como Mozart, durante su gestación logran un crecimiento y una estabilidad emocional e intelectual más favorable que el resto de los bebés.
Actualmente, un importante centro de investigación neuropsicológica en Boston, Estados Unidos, desarrolla la MIT (Terapia de Entonación Melódica) para ayudar a recuperar el habla en enfermos que la han perdido por causas diferentes (tumorales, circulatorias).
Si el ejercicio de escuchar música relajante es acompañado de un ambiente tranquilo, cercano a la naturaleza, e inciensos (varillitas de olor), la efectividad de esta terapia, que no debería de desperdiciar, es mucho mayor.
1 comentario