Edad: 40 años. Ocupación: Ingeniero hidráulico. Casado. Dos hijos.
"Librarse dos veces de la muerte es cosa del destino"
La historia de Raúl es representativa de las dos últimas grandes tragedias que sacuden a Chile. Dejó Talcahuano tras quedarse desempleado como consecuencia del terremoto que azotó al país en febrero.
Hace apenas dos meses llegó a San José y entró a la mina para reparar el suministro de agua. En uno de sus mensajes a la familia aseguró tener hambre y ansiar las empanadas de pescado que prepara su madre.
Sale a la superficie de la mina a las 9.36 pm.
Tras el terremoto, Raúl Bustos fue a probar suerte en la mina. En su calidad de técnico mecánico de manutención hidráulico, Bustos aceptó una oferta para trasladarse hasta el yacimiento ubicado en las cercanías de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago.
En entrevista con enlatino.com
¿Cómo es esto de librarse de la muerte?
(Ríe) Es cosa del destino…
Expertos de la NASA hablaban de que lo más difícil para ustedes era diferenciar el día de la noche, ¿se perdió la noción del tiempo?
(Se ríe...) Sí, me enteré de eso afuera, pero no fue tan así. Varias personas decían lo mismo. Pero abajo habían relojes al igual que afuera, pero como te dije en un primer momento estaba todo oscuro y eso fue súper complicado.
EL PACTO
Los mineros realizaron un pacto de silencio respecto a lo que pasó abajo, detalles que sólo revelarán a la justicia.
¿Cómo fue la convivencia bajo tierra?
Mira, hay temas que no quisiera tocar, yo respeto mucho a mis compañeros y te voy a hablar sólo de mis experiencias personales, lo que yo viví y sentí. Lo demás y que involucre al resto de los 32, me lo prefiero guardar.
¿Qué fue lo más difícil?
Estar cómodo allá abajo, sobrevivir. Mira, nosotros estábamos tratando de sobrevivir a 700 metros de profundidad, eso es lo que tratábamos de hacer cada día, lo único que queríamos. Imagínate el ser humano expuesto a una situación como ésta, lo único que queríamos era sobrevivir.
¿Es verdad que comían dos cucharadas de atún y medio vaso de leche?
Mira, eso no me incluye sólo a mí y de verdad sería incómodo contarte esas cosas que involucran a 32 personas más. No te voy a decir las raciones, pero sí había que ser conscientes con la repartición de las comidas. No sabíamos lo que pasaría más adelante, había que ser cuidadoso con eso.
Después de 17 días encerrados llega la sonda perforadora que los encuentra con vida, ¿cómo fue la reacción del grupo?
Espectacular... todos saltando felices, algunos buscaron pintura para pintar el martillo y dar una señal de que estábamos vivos. Incluso varios bailaron de emoción.
¿Estaban bien organizados abajo durante los 69 días?
Sí, era una organización casi perfecta, todos tenían un rol. Después era algo rutinario que hasta incluso nos daba harto tiempo para descansar. Había encargados del aseo, la comida, de todo.
¿Quién fue el más querido al interior de la mina?
Jimmy Sánchez, lejos. Él es el menor, tiene 19 años y lo apodamos 'el bebé', lo cuidábamos, estábamos preocupados por él. Le llevábamos los alimentos, incluso...Bueno para dormir Jimmy, super bueno para dormir (ríe de nuevo).
¿Y AHORA?
Raúl Bustos dice que ahora quiere formar una fundación junto a sus compañeros de encierro y contar su experiencia de vida.
Que lo peor que pudiese haber pasado bajo la mina, es haber perdido la fe, por suerte no pasó. Ahora sólo quiere dedicarse a su familia y volver a trabajar. ¿En una mina?... no lo descarta.
Paradójicamente y como cierre a su increíble historia, la cápsula denominada Fénix 2 que lo llevó hasta la superficie a él y sus 32 compañeros fue construida en ASMAR, la misma empresa en la que él había trabajado meses antes.