Un análisis publicado por Reuters explica todo lo que se necesita saber con respecto a la crisis que actualmente viven Corea del Norte y Corea del Sur debido a un ataque norcoreano a la isla de Yeonpyeong.
¿Qué pasará ahora?
La ofensiva fue uno de los peores ataques contra Corea del Sur desde que terminó la Guerra de Corea en 1953. La región está atravesando un momento de tensión, pero es altamente improbable que este sea el comienzo de una escalada de la violencia o de una gran confrontación militar entre los dos vecinos.
Expertos dicen que durante décadas Corea del Norte ha seguido una estrategia cuidadosamente calibrada de provocaciones para ganar concesiones de la comunidad internacional, elevando las tensiones geopolíticas sin desatar un conflicto abierto.

En los últimos años, Pyongyang lanzó dos pruebas nucleares, varios ensayos de misiles y hundió un barco de guerra surcoreano en marzo, dejando 46 marineros muertos.
El último ataque previsiblemente esté en línea con esta táctica. En vez de continuar con gestos agresivos en los próximos días, lo más probable es que se produzca una relativa calma o incluso una apertura de Corea del Norte para iniciar conversaciones de paz.
Pyongyang no tiene intención de entrar en una guerra que seguramente perdería ante la superioridad militar de Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, Seúl tampoco tiene deseos de sumirse en un conflicto serio y su reacción ha sido muy moderada, al igual que luego del hundimiento del barco Cheonan.
¿Por qué ahora?
Varias razones podrían explicar por qué las fuerzas armadas norcoreanas lanzaron el ataque del martes. Corea del Sur ha estado realizando ejercicios militares en el área y admitió que estaba conduciendo pruebas. Esto pudo haber llevado a Corea del Norte a pensar que estaba siendo atacado, por lo cual actuó en represalia.
Pyongyang ve con preocupación las actividades militares de su vecino y teme que sus maniobras sean un intento encubierto de lanzar un ataque real. En los últimos años, reaccionó airadamente a los ejercicios surcoreanos, sobre todo cuando estuvo involucrado el Ejército estadounidense.

Los eventos de la semana pasada sugieren que Corea del Norte está intentando provocar de nuevo a la comunidad internacional para lograr concesiones. El país reveló importantes avances en su programa de enriquecimiento de uranio, lo que le ofrece un camino alternativo para fabricar una bomba nuclear.
Su decisión de mostrar sus progresos tecnológicos a científicos occidentales, sumada al ataque del martes, podría ser una estrategia para intentar que Seúl y sus aliados alivien las sanciones o reinicien las conversaciones de paz y de desarme. Un último factor que podría haber influido en el momento para la ofensiva es que Pyongyang ha ingresado en un período de transición del liderazgo.
En una importante reunión partidaria en septiembre, el líder Kim Jong-il nombró a su hijo menor en algunos puestos claves, una decisión que sugiere que podría ser el elegido para sucederlo. Se cree que Kim tiene problemas de salud desde que sufrió un accidente cerebrovascular en el 2008, lo que habría acelerado el proceso de transición.
¿Afectará a los mercados?
El martes, el índice de futuros KOSPI 200 para entrega en diciembre cayóun 2,44 por ciento, mientras que el won se depreció hasta un 3 por ciento frente al dólar en mercados extranjeros.
Los mercados financieros de Seúl ya se han acostumbrado a las provocaciones norcoreanas, por lo cual tienden a sufrir sólo una breve ymodesta caída en respuesta a sus amenazas.
Dado que es poco probable que el ataque del martes evolucione hacia una confrontación más seria, se prevé que la reacción del mercado en los próximos días será positiva.
“A pesar de lo trágico que es el evento para las personas inmediatamenteafectadas, para los mercados es una oportunidad de compra“, dijo Erik Lueth, economista del Royal Bank of Scotland en Hong Kong.
“El interés de Corea del Norte es mantener el régimen y no invadir Coreadel Sur, desde nuestra perspectiva. Por eso creemos que la reacción delKOSPI ha sido efímera ante las cuestiones norcoreanas”, dijo el analista de UBS Young Chang en una nota de investigación.
¿Cuáles son los riesgos de este panorama?
El mayor riesgo es que la transición en Corea del Norte y los problemas económicos hagan que los líderes tomen medidas riesgosas que vayan más allá de las provocaciones del pasado y que los eventos se salgan de control.
Con la incertidumbre en torno a la salud de Kim y el desconocimiento sobre las cualidades de su hijo, el delicado balance que ha mantenido una tensa calma en la península durante décadas podría estar deteriorándose.
Mientras que ninguna de las dos partes quiere la guerra, siempre existe el peligro de que malos entendidos o errores de cálculo provoquen un conflicto no intencional.
El otro riesgo importante para Corea del Sur es qué pasaría si el régimen norcoreano finalmente colapsa. Esa perspectiva es muy temida debido a los enormes costos económicos que podría implicar una repentinay caótica reunificación de las dos Coreas para la región.
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