Un estudio presentado en el Colegio Oficial de Médicos de Asturias revela que el consumo moderado de cerveza, entre dos y tres tragos por día, asociado a una dieta equilibrada, no engorda y, además, reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la hipertensión y la diabetes.

El Dr. Martín Bobak del University College de Londres y sus colegas en el Instituto de Medicina Experimental y Clínica de Praga entrevistaron a 891 hombres checos y 1.098 mujeres en edades comprendidas de 25 hasta 64 años.
"Entre los seleccionados estaban algunos que tomaban ocasionalmente; otros no tomaban y pocos que bebían en abundancia. Todos pasaron por un examen médico y se les midió la cintura y el peso, información necesaria para calcular el índice de obesidad", detalló el experto a ser consultado por la BBC.
Los investigadores aseguran que si existe un vínculo entre el consumo de cerveza y la obesidad, es muy débil. Este estudio rompe con la creencia de que los consumidores de cerveza en promedio son más obesos que quienes no lo hacen o beben vino, según los investigadores.
El balance ideal
Según los resultados del estudio, el modelo de hombres o mujeres con abdomen sobredimensionados es propio de la cultura anglosajona, donde se ingieren grandes cantidades de cerveza y comidas ricas en grasas saturadas y, además, con una actividad física casi nula.
"El consumo moderado de cerveza es saludable, siempre y cuando se mantenga una dieta equilibrada, como la mediterránea [...] la gente no debe asumir este estudio como una excusa para consumir sin ningún límite. Toda bebida y comida en exceso es dañina", concluyeron los autores de la investigación.
