El té verde contiene compuestos antioxidantes que son muy beneficiosos para luchar frente a determinados tipos de cáncer y en la reducción de los efectos propios del envejecimiento.

El té constituye la segunda bebida más consumida en el mundo, sólo detrás del agua. En China, se lleva utilizando desde hace casi tres mil años, no sólo por sus propiedades estimulantes, sino porque ayuda a prevenir y mejorar numerosas dolencias.
Dentro de la medicina tradicional china, se usa para aliviar los dolores de cabeza, ayudar a eliminar las toxinas y para prolongar la juventud. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII, que el té se extendió y se convirtió en una bebida popular en Europa.
A pesar de que el té se lleva bebiendo desde hace miles de años, las investigaciones científicas para documentar los potenciales beneficios para la salud de esta antigua bebida, no tuvieron lugar hasta pasadas décadas. De estos estudios se ha comprobado que el té verde contiene altos niveles de unas sustancias llamadas polifenoles, que poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas e incluso antibióticas. El té verde también puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas y del hígado.

El té verde se elabora con las hojas cocidas al vapor y posteriormente secadas; mientras que el té negro se prepara dejando marchitar las hojas, que después se enrollan, se dejan fermentar y se secan. Pero como el té verde está menos procesado que el té negro, contiene más cantidad de antioxidantes y por ello, es el más potente de los dos.
La parte de la planta empleada con fines terapéuticos son las hojas. Pero dependiendo del procesamiento a que se sometan, se obtienen diferentes presentaciones: té verde y té negro. El té pertenece a la familia Teácea. Es un pequeño árbol perenne que puede llegar a medir 5-10 m de alto en estado salvaje, aunque cuando se cultiva no suele sobrepasar los 2 m de altura.
El té verde posee interesantes efectos terapéuticos:
- Los polifenoles del té verde son potentes antioxidantes. Algunos estudios han demostrado que los polifenoles más frecuentes del té verde (catequinas) son más potentes para suprimir los radicales libres, que las vitaminas C o E.
- Además diferentes estudios han comprobado que el té verde es anticancerígeno, siendo capaz de contrarrestar la aparición y desarrollo de diferentes tipos de cáncer. Y ayuda a frenar el envejecimiento y el avance de algunas enfermedades degenerativas.
- Las bases xánticas, especialmente la cafeína, hacen que actúe como estimulante del sistema nervioso y bulbar (estimula los centros respiratorios y vasomotores que se encuentran a nivel del bulbo).
- El té verde también presenta acción diurética, broncodilatadora y astringente (antidiarréica).
- Es hipolipemiante, es decir, capaz de reducir los niveles de LDL-colesterol y de triglicéridos plasmáticos, al tiempo que eleva los niveles de HDL-colesterol, el colesterol bueno. Y gracias a sus propiedades antioxidantes, evita la oxidación del colesterol y tiene un efecto antiaterosclerótico.
- La formación de coágulos sanguíneos (trombosis) es la causa principal del ataque cardíaco y angina de pecho, y el té verde ha demostrado ser capaz de reducir la formación anormal de coágulos sanguíneos con una eficacia similar a la de la aspirina, gracias a su actividad vitamínica P.
- El té verde disminuye los niveles de azúcar en sangre, es decir, es hipoglucemiante; y tiene ligeros efectos antibióticos, frente a ciertas bacterias como los estafilococos y algunos virus.
Efectos secundarios
- Por su contenido en cafeína, el té verde puede provocar insomnio, nerviosismo y otros síntomas similares. Además, dado que las bases xánticas tienen una acción diurética, se puede observar un aumento en la orina. En cuanto a su contenido en taninos, si se toman infusiones concentradas o en ayunas, puede provocar náuseas y vómitos, aunque este efecto es más marcado en el té nergro.
Contraindicaciones
- Debido a todo lo comentado anteriormente, el té verde no se debe dar a los niños.