127 horas es la verdadera historia del alpinista Aron Ralston (James Franco), una extraordinaria aventura de supervivencia donde el protagonista debe salvarse a sí mismo después de que una piedra se estrellase contra su brazo atrapándole en un cañón aislado de Utah.

- Dirección: Danny Boyle.
- Países: USA y Reino Unido.
- Año: 2010.
- Duración: 94 min.
- Género: Drama.
- Interpretación: James Franco, Amber Tamblyn, Kate Mara, Clémence Poésy, Kate Burton, Lizzy Caplan.
- Guión: Danny Boyle y Simon Beaufoy; basada en el libro Between a rock and a hard place, de Aron Ralston.
- Producción: Christian Colson, Danny Boyle y John Smithson.
- Música: A.R. Rahman.
- Fotografía: Anthony Dod Mantle y Enrique Chediak.
- Montaje: Jon Harris.
- Diseño de producción: Suttirat Larlarb.
127 horas tiene 6 nominaciones para el Oscar:
Actor Principal, Banda Sonora Original, Canción Original, Guión Adaptado, Montaje, Película.
Aron Ralston (James Franco) se dispone a rebajar en cuarenta y cinco minutos el récord de descenso en rápel del cañón Blue John, en Utah. Seguro de sí mismo, solitario, confiado… inconsciente, por no avisar a nadie de su propósito. Un error que pagará caro.
La nueva y valiente propuesta de Danny Boyle tras arrasar en los Oscar con Slumdog Millionaire en 2008. Si aún hay alguien que no sepa cómo terminó esta historia real, que no rebusque en la red de redes; que acuda al cine más cercano y se acomode para incomodarse durante hora y media con este survival horror tan hermoso y elaborado como demencial y espeluznante. Impresionables, sensibles, claustrofóbicos, aprensivos abstenerse.

Y es que la roca que aprisiona también fascina, un poder telúrico retratado y recorrido con mimo reverencial en una propuesta que, si bien invita a la exaltación del coraje del ser humano, también se presta a que el director dé rienda suelta a sus armas estéticas y narrativas con la complicidad de una tremenda fotografía de Enrique Chediak y Anthony Dod Mantle, y una banda sonora de A.R. Rahman que a su antojo acongoja y arranca sonrisas aplastadas, la inclusión del Lovely day de Bill Whiters es sencillamente genial, a partes iguales.

Más allá de la lección grabada a fuego: SE PRECAVIDO... 127 horas nos devuelve de nuevo a un cineasta que no pierde la(s) forma(s) en su despampanante baile de géneros y presupuestos.