La Basílica de Santa Teresa recibió el miércoles santo a cientos de feligreses, padres, niños y ancianos que fueron a visitar al "milagroso" Nazareno de San Pablo.
De rodillas, algunos cargando una cruz sobre el hombro, la mayoría rezando en silencio. Así demuestra el pueblo venezolano su devoción y fe al Nazareno de San Pablo al entrar, luego de hacer largas colas, a la Basílica de Santa Teresa, en Caracas.
Cientos de personas hacían cola en las afueras de la Iglesia para poder ver al Nazareno, cuya imagen está adornada de orquídeas moradas y vestido con su túnica morada que lo ha caracterizado por años.
No sólo de Caracas visitan la Basílica Santa Teresa. Hay feligreses de otras ciudades del país y hasta del exterior que llegan a Caracas para expresarle su devoción al milagroso Nazareno San Pablo.
La plaza Caracas se convirtió en un templo para recibir la imagen del Nazareno de San Pablo, tras la procesión que se inició en la Basílica Santa Teresa y recorrió parte de las avenidas Lecuna y Baralt hasta llegar a la tarima ubicada en la plaza.
El Cardenal y Arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino, ofició la eucaristía y la ofreció a todos los habitantes de Caracas. "Vamos a orar por nuestra patria, por Caracas, para que Dios colme los anhelos de nuestros corazones".
Aunque estaba prevista para las 7.00 de la noche, la misa empezó a las 6.30, para evitar que la lluvia ahuyentara a los feligreses y dañara las imágenes que salieron en procesión a las 5.00 de la basílica.
Al igual que en la eucaristía del mediodía, Urosa Savino rechazó la violencia que tanto afecta a la sociedad venezolana en los últimos años. "La violencia y la delincuencia asesina es una terrible plaga que se ha incrementado en los últimos años con el narcotráfico y el consumo de drogas. No nos acostumbremos a ver las cifras de violencia en los periódicos como los resultados de un juego (...) Hay que pedir a las autoridades que cumplan con el sagrado deber de proteger la integridad de cada ser humano".
Urosa se sintió complacido con las 15 mil personas que estuvieron escuchando la misa en la plaza Caracas. "Que alegría tan grande estar aquí congregados todos, unidos por la misma fe, independientemente de nuestras simpatías políticas y diferencias sociales".