No hay discusión, el agua tiene un rol esencial para mantener la piel saludable y joven. Cuando la hidratación proviene de agua pura -y no de refrescos llenos de azúcar y carbonatados-, las células de la piel se renuevan.

En la mayoría de las verduras y las frutas, más de 90 gramos por cada 100 gramos del producto son agua al mismo tiempo que contienen nutrientes esenciales, por lo que es necesario incluirlas en la dieta, así se ingiere casi sin percatarse, gran parte del agua que necesita el organismo.
De este modo, la piel se mantiene perfectamente hidratada y se eliminan las toxinas que la perjudican. Cuando se está bien hidratado, también se favorece la sudoración, que ayuda a que la piel se mantenga limpia y libre de toxinas.
El agua contribuye a purificar el hígado, los riñones y a mejorar su funcionamiento.
Además de mantener las células hidratadas, el agua ayuda a las células a tomar nutrientes y eliminar toxinas, lo cual automáticamente hace que la piel se vea más saludable.