Las achicorias son un vegetal que se caracteriza por su sabor amargo. Pero también por contener una gran cantidad de propiedades que la convierten en una hortaliza ideal para la digestión. También es muy recomendada para dietas, ya que solamente contiene 18 calorías por cada 100 gramos.

En primer lugar, la achicoria es uno de los vegetales que menos valor calórico posee. Tan sólo 18 calorías por cada 100 gramos de achicorias, lo que la convierte en una aliada indispensable para las dietas.
El excelente efecto que genera en el sistema digestivo es, sin dudas, la principal propiedad que tiene esta planta. Tanto en la hoja como en la raíz se concentran sustancias como la intibina y la lactulopicrina y también taninos. Es ideal para estimular la secreción de jugos digestivos, asimismo facilitar el vaciamiento de la vesícula biliar, además de favorecer el apetito y regular la digestión.
También la achicoria tiene un importante nivel de betacaroteno, disimulado en lo verde de la clorofila. Esta sustancia es muy buena para la vista, la piel, el cabello y los huesos.
Otros minerales como el potasio se encuentran en interesantes niveles dentro de la achicoria. Además, hay que agregarle un importante contenido de vitamina B1 (interviene en la metabolización de los hidratos) y provitamina A. Como puedes ver, una hortaliza con muchas y muy buenas propiedades para tu salud.
Las achicorias son uno de las tantas verduras de hojas verdes que tienen excelentes beneficios para la salud. Pues entonces, al momento de escogerlas, debes seguir algunos consejos para no tener problemas.
En primer lugar, siempre te conviene comprarlas cuando sean su temporada. Sus hojas tienen que estar frescas, bien sanas, con una contextura firme y con su color natural, verde claro. Aquellas hojas que estén descoloridas, tendiendo hacia el amarillento o con indicios de daños, no son recomendables.
Tal como lo explican en Innatia.com, al momento de conservarlas, nada mejor que un lugar fresco, ventilado y con sombra, como podría ser la parte de abajo del refrigerador. Si las dejas a la luz, sólo lograrás que su sabor amargo se acentúe. Otra cuestión a tener en cuenta: no las guardes en recipientes herméticos, necesitan respirar.

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