Muy pocas personas les dan importancia a sus dientes. Es frecuente observar que de cada 10 personas, seis de ellas tengan dientes partidos o rotados. Las radiografías sirven para determinar el estado interno de la dentadura.

Aun cuando es la zona que más se nota al sonreír, son pocos los que muestran una dentadura perfecta, cuidada y limpia.
El alto costo de esta especialidad de la medicina suele ser la principal causa por la cual millones de personas descuidan sus dientes. Sin embargo, esto no es del todo cierto.
Con la activación de los consultorios odontológicos de la Misión Barrio Adentro, implementada por el Gobierno Nacional, y la realización de jornadas por parte de numerosas marcas dedicadas al cuidado de los dientes, la población tiene la posibilidad de mejorar su salud dental.
Luego de asistir a la consulta con un odontólogo, él determinará la necesidad de aplicar una radiografía de los dientes para observar el tamaño, la ubicación y el número de dientes; alguna obstrucción o impedimento; estado de una caries dental; daños en el hueso; inflamaciones; fractura de la mandíbula; abscesos, entre otras anomalías.
Las radiografías son unos exámenes con rayos X, utilizadas en casos muy precisos, que permiten diagnosticar enfermedades y lesiones de los dientes y de las encías. Parecida a los rayos X de otras partes del cuerpo, el resultado de esta radiografía se entrega en una placa y la imagen es de color gris.
Existen cuatro tipos de radiografías dentales:
- Interproximales.
- Periapicales.
- Palatales (también llamadas oclusivas).
- Panorámicas.
Hasta el momento, no se ha comprobado el efecto que tenga la carga de radiactividad sobre el ser humano. No obstante, se afirma que la cantidad no es tan alta como para afectar el desempeño del organismo. Para evitar daños, el radiólogo debe colocar un delantal de plomo al paciente.
En caso de que una paciente esté embarazada, no es recomendable aplicar ningún tipo de radiografía, a menos que sea indicada por el médico tratante.