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Efecto Mozart: mito o realidad

En 1993 la psicóloga estadounidense, Frances Rauscher, publicó en la revista Nature un estudio que aseguraba que escuchar sonatas para dos pianos en Re mayor de Mozart, tenía efectos en la mejora de la capacidad de razonamiento espacial de los niños.

En el 2010 un estudio realizado por la universidad de Viena (Austria) desmintió esta teoría.

Wolfgang Amadeus Mozart
Wolfgang Amadeus Mozart

"Recomiendo a todo el mundo que escuche música de Mozart, pero la expectativa de que con ello van a mejorar sus capacidades cognitivas no se va a cumplir", escribe el investigador Jakob Pietsching, del Instituto de Investigación Básica en Psicología, en el sitio de la universidad, cuyo informe 'echa por tierra' la creencia en el "efecto Mozart" por cual se pensaba que los bebés menores de tres años que escuchaban piezas musicales del compositor austriaco desarrollaban sus capacidades intelectuales.

Se denomina "Efecto Mozart" a la serie de beneficios que produce el hecho de escuchar la música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart. Dichos beneficios no habían sido comprobados de manera científica (hasta ahora), los supuestos beneficios eran:

  • Ayuda a desarrollar la inteligencia de los niños (para los niños entre 3 y 12 años representa una mejora en la capacidad de razonamiento).
  • Desarrollo de habilidades para la lectura y la escritura, del lenguaje verbal, de habilidades matemáticas, de la capacidad de recordar y memorizar.
  • Atenúa los efectos de algunas determinadas enfermedades como el Alzheimer.

"En general, hay poca evidencia de una mejora del rendimiento, específicamente causada por el efecto Mozart", aseguran Los psicólogos vieneses al revisar 39 casos al respecto cuando hicieron que 3.000 personas escucharan la pieza musical, sin embargo, no encontraron cambios significativos en sus habilidades cognitivas. Los fueron publicados en la revista Intelligence.

Cabe destacar que el llamado efecto Mozart generó un gran eco a nivel internacional. En el '98 en Estados Unidos las madres primerizas se regalaban discos compactos con la pieza, ese año la obra del compositor austriaco obtuvo un récord de ventas. Sin embargo, también generó polémica: en 1999 otro psicólogo estadounidense no pudo demostrar efecto alguno en los coeficientes de inteligencia como resultado de escuchar música clásica. Además se le incluyó en la obra "50 grandes mitos de la psicología popular" del profesor Scott Lilienfeld.