Un lugar no muy visitado, pero que asombra desde que se observa a lo lejos; la Bahía del Silencio suele ser reservada, pero es mejor así, ya que nos hace meditar en sus tranquilas aguas sobre lo asombrosa que resulta ser la Madre Naturaleza.

Nunca está de más recordar que las playas de Venezuela también son reconocidas a nivel mundial, es increíble que en un mismo país tengas la oportunidad de escoger el tipo de playa a la que quieras ir, con olas grandes o chicas, de temperaturas altas o bajas, para hacer deportes o simplemente relajarte; las islas, ensenadas y bahías de nuestras costas nunca nos dejarán de sorprender con espectaculares paisajes.
La Bahía del Silencio se encuentra ubicada en la isla Chimana Grande del Parque Nacional Mochima, en el norte del estado Anzoátegui. Esta isla es muy recomendada por sus dos playas turísticas principales: El Saco y Puinare. Lo que muy pocos turistas saben, es que detrás de estas dos grandes playas hay todo un paraíso natural para relajarse: Bahía del Silencio.
El motivo del nombre de este lugar es gracias a que sigue siendo un ecosistema puro (no alterado hasta los momentos), y no debería entrar nada que altere la paz de la fauna y flora que en él habitan. Acá no existen sombrillas, restaurantes, vendedores de ostras o guardaparques como se tiene acostumbrado ver en otras playas de la región. Para poder llegar aquí debes tener una embarcación sin motor (como veleros) o, en dado caso, apagarlo cuando entres en la ensenada.
En el estuario vive una vasta gama de animales silvestres característica del sitio, esta es una de las razones por la cual es utilizada muchas veces para clases de buseo, snorkel, velerismo, entre otros deportes acuáticos literalmente tranquilos. Una de las cosas más increíbles que se puede presenciar en el lugar es el sonido de las aves que habitan la bahía y en conjunto con la tranquilidad y el silencio del ambiente te invitan a relajarte de tal modo que olvides tus problemas y solo pienses en las maravillas naturales de esta tierra.
