Como sacada de un cuento de hadas, la Isla Yakushima en Japón, se asienta bajo un extenso bosque sometido a lluvias casi perpetuas que mojan el espeso y vibrante verde de su manto boscoso.

Sobre el bosque pueden caer entre 4000 a 10000 mm de agua de lluvias anuales.
La densidad del bosque Yakushima, la húmedad, el musgo, la imponencia de su árboles y sus extrañas formas, le aportan un aspecto de bosque encantado.

Las creencias populares de la región consideran que los espíritus protectores viven en el interior de los árboles de la isla. Estos imponentes árboles poseen troncos retorcidos y enormes ramas, rodeados de un verde musgo, que aportan un toque de misterio a la isla.
El Jomon-sugi, es un cedro de mas 25 metros de alto y 5.22 de circunferencia, fue descubierto en 1966 y se estima que posee mas de dos mil años de antigüedad.

Bajo un cielo gris, repleto de espesas nubes, donde pequeños rayos de luz iluminan momentáneamente pequeñas porciones de tierra. Presos por la niebla, gigantes cetros, destilan bruma a través de sus enormes ramas cubriendo el húmedo aire que humedece el retorcido sendero de la Isla Yakushima.
Sin duda alguna la Isla de Yakushima es un destino obligatorio para aquellos que deseen conocer las maravillas de la naturaleza.
