Caracterizado por la variedad en las propuestas de sus autores, la corriente postimpresionista continuó con el legado de colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero llevó más emoción y expresión en la pintura.

Muchos de los autores postimpresionistas iniciaron sus obras en el movimiento que luego criticarían, argumentaban que la luz era importante, pero la expresión lo era aún más. De esta manera podían plasmar sus pensamientos y sentimientos en la obra y el color se volvió representativo y subjetivo, al igual que la visión del mundo (mejor dicho su mundo)
Vincent Vang Gogh y el Simbolismo Expresivo:
Inconfundiblemente Vincent Vang Gogh (principal representante del Simbolismo Expresivo), buscaba siempre la exteriorización de su visión interna, así el artista podía brindar un contenido emotivo a la obra, cargando de drama las formas y el color.
Si conocemos bien la historia de este gran pintor, recordaremos que sufrió de una enfermedad psíquica, particularidad (aunque mal suene) que llevó sus obras al éxito, ya que expresaba por medio de pinceladas fuertes, espesas y cargadas de color las continuas depresiones y angustias padecidas.
Claro está que esta tipo de corriente postimpresionista lo que buscaba reflejar era el interior del hombre, sus sentimientos más puros; el Simbolismo Expresivo de Van Gogh fue el movimiento que dio pie al Expresionismo alemán del siglo XX.

Otras corrientes dentro del Postimpresionismo:



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