Siempre escucharemos la frase “me da vértigo” cuando una persona con miedo a las alturas se acerca lo más que puede al borde de un lugar alto, esto es un error, ya que el vértigo es una enfermedad de la cual no se debe hacer la vista gorda y mucho menos confundir con el miedo a las alturas o la acrofobia.

El vértigo es la ilusión o sensación de movimiento o giros alrededor de uno mismo, es como una falta de estabilidad en nuestro eje. Viene acompañado de nauseas, mareos, pérdidas de equilibrio, entre otros. Las causas pueden variar ya que existen dos tipos de vértigos: el periférico y el central, pero casi siempre viene relacionado con una alteración del sistema vestibular (se halla dentro del oído interno y es el encargado de coordinar el equilibrio y mantener nuestra postura).
El vértigo periférico es aquél que aparece cuando las zonas afectadas corresponden al oído interno, es decir al sistema vestibular, estas partes son mejores conocidas como laberinto vestibular y canales semicirculares. El vértigo central es aquel por el cual se ve afectada una zona del cerebro, más que todo el cerebelo y el tronco encefálico.
Esta enfermedad generalmente puede ser causada por la ingesta de ciertos antibióticos, lesiones, infecciones víricas o bacterianas, presión nervio vestibular, migraña, esclerosis múltiple, accidente cerebrovascular (ACV) y tumores no cancerígenos, solo por nombrar algunas. Entre los síntomas más comunes, aparte del mareo y las nauseas, el individuo puede sufrir de zumbido en los oídos, pérdida del equilibrio, dificultad para enfocar la vista, visión doble, parálisis facial, mala articulación del lenguaje y debilidad en las extremidades.
La recomendación al sentir alguno de estos problemas es que visite a su médico de confianza, esto es lo primero (y único) que recomendamos ya que los tratamientos para moderar la enfermedad son variados, desde anticolinérgicos y antibióticos, hasta tratamientos quirúrgicos. Por otro lado para prevenir el agrave de los síntomas, lo mejor es que se mantenga quieto y descanse cuando se le presenten (sobre todo la vista), no manejar, no leer y no estar en presencia de luces brillantes.

