Andy Murray ahuyentó los fantasmas del pasado en el mítico All England Tennis Club convirtiéndose en el ídolo local que conquistara Wimbledon 77 años después de que ganara Fred Perry.

Una victoria de Novak Djokovic en la final de Wimbledon hubiese repuesto al tenista serbio, actual líder de la clasificación ATP, como mejor jugador del año 2013. Pero, sin los 2.000 puntos que se conceden para el campeón de un título de Grand Slam, Djokovic queda segundo en lo que se llama The Race, la clasificación del año, que sigue liderada por el manacorí Rafa Nadal. Djokovic, segundo, recorta la diferencia en los 1.200 puntos que suma como finalista de Wimbledon. Sí hay cambios en la Lista de la ATP: David Ferrer ya sale tercero, con Nadal en cuarto lugar. Y el suizo Roger Federer cae hasta la quinta posición tras no poder defender sus 2.000 puntos del título logrado en 2012 en Wimbledon.
Tras Perry, un abismo de 77 años
Las personas nacidas en 1936 tienen hoy 77 años o van a cumplirlos con rapidez: así, han tenido que pasar dos generaciones vitales y nada menos que 17 Juegos Olímpicos para que Andy Murray, el escocés de Dunblane, sucediera a Fred Perry en lo que el mismo Murray llamó ayer “el mayor pináculo del tenis”. “No puedo creer que esto me haya pasado a mí”, repetía Andy Murray mientras apuntaba al “increíble calor” que hacía sobre la hierba de la Centre Court. “Ni me acuerdo del último punto del partido, pero Ivan Lendl me ha dicho que está orgulloso de mí”, reveló Andy Murray, en un mundo aparte del que vivió el peculiar Fred Perry, que lanzaba golpes como de ping pong y que vivió romances con Marlene Dietrich y Lorraine Walsh.
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