Los papilomas o verrugas plantares son lesiones pequeñas hiperqueratósicas y circunscritas (suele aparecer un anillo córneo blanquecino a su alrededor), de carácter benigno, ocasionada por el virus de papiloma humano (VPH), de la familia de los papovavirus.

Otro dato que lo diferencia de una dureza es el dolor al pellizco, que suele ser más intenso que a la presión con el dedo. En un heloma o clavo, suele doler más a la presión perpendicular que al pellizco.
Los papilomas o verrugas plantares, pueden aparecer de forma aislada o múltiple, en forma de mosaico.
La población con más riesgo de infección por el papiloma plantar son los adolescentes, jóvenes, e individuos con mucho estrés o con las defensas bajas.
El contagio se produce por contacto directo con el virus o con el tejido descamativo del virus. También es posible el contagio por contacto directo con material infectado por el PHV o por autoinoculación.
Existen factores predisponentes que favorecen la infección del virus:
Los papilomas son muy contagiosos, por lo que se aconseja limpiar la bañera después de cada uso con lejía, usar una toalla aparte para secar el pie infectado, y no intercambiar calzado con otras personas.
Algunos de los tratamientos empleados en el papiloma o verruga plantar son:
• Tratamiento químico: ácido nítrico, ácido salicílico, ácido tricloroacético, ácido monocloroacético, nitrato de plata, cantaridina, podofilino, 5-fluororacilo.etc…
• Crioterapia: nitrógeno líquido, hidrógeno líquido (este último en desuso).
• Bleomicina: antibiótico citostático que se utiliza inyectado intralesional. Se trata de un tratamiento más caro, y es mucho más agresivo por lo que está contraindicado en; niños, mujeres embarazadas o en edad fértil, pacientes con problemas circulatorios, cardíacos, renales o hepáticos.
• Cirugía: el tratamiento quirúrgico en la planta del pie se utiliza como último recurso por la gran incidencia de queloides, estando contraindicado en zonas de presión.
Información de: Emode