La mayoría de las personas que trabajan tiene el mismo problema: horarios de trabajo largos que no te permiten comer en casa. Pero no te confundas, sí puedes comer sano o al menos, cuidar tu alimentación.
Si el poco tiempo que tienes libre no te permite alimentarte bien, pues este post es para ti. Aquí tendrás los consejos que necesitas para comer en la oficina sanamente.
Para iniciar debes saber que es vital no saltarse las comidas, ya sea el desayuno, almuerzo o meriendas. Muchas veces creemos que si aprovechamos el trabajo para saltarnos una comida, la de medio día, conseguiremos perder peso.
Lo cual es completamente falso. Ya que llegarás a la siguiente comida con más hambre y cenaras en mayor cantidad posiblemente el doble de cantidad recomendada, lo que posiblemente te provocará una mala digestión. Y por otro lado, saltarse comidas afecta directamente a nuestra capacidad de concentración y a nuestras fuerzas, en resumen: rendirás mucho menos en el trabajo.
La mejor opción para comer sano en la oficina es que tú misma cocines tu comida para el día siguiente y mantengas tus líneas de alimentación.
Si tu trabajo te obliga a comer fuera semanalmente porque tienes comidas de empresa, evita comer con los ojos. Piensa primero que es una comida sencilla como la que harías en casa y y segundo, opta por platos a la plancha y ensaladas. Cuando comemos fuera no sabemos con qué aceites o grasas cocinan y puede afectar directamente tanto a tu peso como a tu salud.
Por supuesto, evita tomar alcohol cuando comas en la oficina, además de porque es tu lugar de trabajo porque engorda y si reduces la ingesta siempre será mejor para tu salud y tu línea.
¿Qué comer?
Haz cinco comidas diarias. Empieza por un buen desayuno que te cargue de energías para todo el día. Lo mejor es que si puedes lo tomes en casa, levántate media hora antes si fuera necesario pero tómate tu tiempo.
Después, toma una merienda a media mañana, ya sea frutas o barritas de cereales por ejemplo. Para la comida elige recetas ligeras y que no te hagan tener el estómago pesado. Toma fruta de postre o una infusión.
A media tarde vuelve a tomar algo, también ligero y cena tranquilamente sin llegar a casa devorando.
Además, no te olvides de beber dos litros de agua al día para mantener hidratada y en plena forma, gracias a su labor depurativa.