La adicción al trabajo es un trastorno caracterizado por la progresiva y excesiva carga de actividad laboral de una persona, perdiendo el equilibrio necesario entre el trabajo y el tiempo libre para una vida sana.

La adicción al trabajo que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido entre las mujeres.
La adicción al trabajo se compone de diversas dimensiones (Flowers y Robinson, 2002) como:
- Tendencias compulsivas relacionadas con el trabajo duro y con dificultades para relajarse después de trabajar.
- Necesidad de tener el control, ya que el trabajador se siente incómodo cuando tiene que esperar o cuando las cosas no se hacen a su manera y escapan a su control.
- Comunicación relación interpersonal deficiente, es más importante lo que hace el propio trabajador que las relaciones con los demás.
- Incapacidad para delegar tareas entre los subordinados y a trabajar en equipo.
- Autovaloración centrada en el trabajo, ya que se da mayor valor a los resultados del trabajo realizado, que al proceso mediante el cual se han conseguido esos resultados.
La adicción al trabajo que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido entre las mujeres y se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta esta adicción.
Existen tres tipos de adictos al trabajo:
- Complacientes: se caracterizan por ser menos ambiciosos y más sociables que los otros adictos. Para ellos la aprobación del jefe y de los compañeros de trabajo es de gran importancia. Se callan sus problemas y tienen más posibilidades de caer en una depresión.
- Controladores: son independientes y ambiciosos, y odian perder el control. Cuando descienden en su rendimiento laboral, se vuelven ansiosos e irritables.
- Narcisista controlador: su personalidad está desequilibrada y, en situaciones de tensión, puede llegar a la despersonalización (sensación de no ser uno mismo, de no conocerse a sí mismo) y a la desrealización (sensación de estar fuera de la realidad, de ver y experimentar lo circundante como un sueño). Son egocéntricos.
Factores de riesgo

El temor a perder el trabajo puede conducir a la adicción al trabajo.
- Las presiones económicas familiares.
- El temor a perder el trabajo.
- La enorme competitividad que existe en el mercado laboral, en donde es más valorado el que lo deja todo por el trabajo, que el que cumple sólo con su horario.
- La fuerte necesidad de conseguir el éxito y el puesto deseado.
- La incapacidad para negarse ante un jefe sobre peticiones que pueden bien posponerse para el día siguiente.
- El temor a los jefes prepotentes, exigentes y que amenazan constantemente al trabajador con perder su empleo.
- La falta de organización, que permite la acumulación y sobresaturación del trabajo.
- El ambiente familiar problemático que hace que el trabajador no quiera llegar a casa.
- La ambición excesiva por el poder, el dinero y el prestigio.
- La incapacidad para establecer prioridades.
- La falta de afectos personales que se suplen con el trabajo.
- La educación familiar que impone a los hombres el cumplir con el rol de proveedor de su familia.
- La presión de muchas mujeres cuya meta es solamente el sacar adelante a los hijos.
- La presión de la sociedad para que los hijos sean independientes.
Consejos
- Si puedes ser altamente productivo en un tiempo relativamente corto, utiliza esto para apaciguar tu adicción al trabajo.
- Es benéfico tener una actividad en la que se involucran otras personas, como una caminata, los juegos de mesa, un cafecito con los amigos, llamar o visitar a la familia o amigos, o salir en la noche. Sólo ten cuidado en no sobre cargarte de actividades que resulten tan ocupadas como tu tiempo de trabajo.
- Si te levantas demasiado temprano por la mañana, no te pares sólo a hacer algo útil. Quédate descansando en paz en tu cama. Después de una hora, vuélvete a dormir. Si no te duermes, quédate a descansar otro rato más.
- Presta atención a tu esposa/socio/Hijos/amigos cuando te piden que no trabajes demasiado.
- Entrénate para responder de forma positiva a las interrupciones. Si el propósito de tu trabajo es beneficiar a la gente, entonces, cada vez que alguien viene e interrumpe puedes aprovechar la oportunidad para cumplir con ese propósito en ese mismo momento.