La canela es uno de esos condimentos que muchos no dejan de usar ya sea por su gratificante aroma y sabor que aporta a las comidas, mientras que otros lo escogen para sustituir el azúcar.
Y para el mayor agrado la canela no solo se trata de una especia, sino de un ingrediente que puede beneficiar la salud.
Mas allá del uso en la gastronomía esta ha sido utilizada desde hace miles de año por su gran cantidad de propiedades para la salud.
En la composición de la canela destaca la presencia de vitamina C, B1, hierro, potasio, calcio y fosforo, y a pesar de que es consumida en escazas cantidades debido a su intenso sabor, la canela brinda un conjunto de vitaminas y minerales.
Asimismo, se ha comprobado que la canela tiene efectos relajantes y se utiliza desde hace mucho tiempo para eliminar el estrés.
VivirSalud muestra las razones de porque no se debe dejar de consumir canela.
Reduce el colesterol malo
Entre las diversas propiedades beneficiosas de la canela encontramos que es un estupendo regulador del colesterol.
Regula el ázucar en sangre
También es un gran regulador de la cantidad de azúcar en sangre. Es especialmente beneficiosa y recomendable para personas con diabetes del tipo II.
Previene el cáncer
La canela también reduce la proliferación de células cancerígenas en nuestro organismo. Por ello es recomendable tomar canela todos los días como una forma excelente de prevenir el cáncer.
Mejora la circulación
También tiene un efecto anticoagulante, sumamente beneficioso para las personas con problemas de circulación sanguínea y del corazón.
Efecto calmante
La ingesta de miel con canela tal es muy eficaz para calmar los dolores de la artritis, hasta el punto de poder caminar sin dolores en un mes de su consumo.
Elimina bacterias
Al añadir canela a los alimentos es como si pusieramos en ellos un conservante natural que evita la proliferación de bacterias en los alimentos.
Mejora las funciones cerebrales
También parece que aumenta la función cognitiva y la memoria, siendo muy recomendada para personas con enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.