“Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”. Simón bolívar.

Esas fueron las palabras que se le atribuyen a Bolívar un 15 de Agosto de 1805, en la cumbre del Monte Sacro en Roma, Italia, delante de su amigo y profesor de infancia, Simón Rodríguez y Fernando del Toro. De esta manera, se nos muestra a un Bolívar que desde muy joven -22 años-, y tras la muerte de su esposa, sentía un fuerte compromiso de lucha por su patria.
Es posible, que la idea no se le haya ocurrido en un solo momento, debido a la nobleza y a la infancia tan ilustrada que tuvo El Libertador; se puede decir que es el resultado de una atmósfera previa, aunado a esto, poder contemplar las ruinas del Imperio Romano en Italia, probablemente le evocó la tiranía y opresión que caracterizó a muchos gobernantes de la época. De igual forma, unos años atrás, debido a la muerte de su esposa, Bolívar juró que se dedicaría en cuerpo y alma a su patria, quiere decir que desde ese día, sus ideas de libertad, igualdad y fraternidad, ya estaban cimentadas como valores en su cabeza.
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