La vitamina B1, conocida también como tiamina, participa en el metabolismo de los hidratos de carbono para la generación de energía, cumple un rol indispensable en el funcionamiento del sistema nervioso, además de contribuir con el crecimiento y el mantenimiento de la piel y luchar contra enfermedades degenerativas, tales como el cáncer de útero.
Pertenece al complejo de vitaminas B y fue descubierta en 1912. En 1926, por primera vez, fue identificada en su forma pura en un laboratorio por el químico Casimir Funk, y al ser la primera vitamina hidrosoluble del grupo B descubierta fue bautizada B1.

Se la descubrió cuando se trataba de encontrar la cura a una enfermedad, llamada beriberi, descubierta por el holandés Christiaan Eijkman a fines del siglo XIX durante sus años de investigación en la isla de Java.
En aquellas zonas, la alimentación se basaba en el consumo de cereales refinados, y debido a que estos carecen de vitaminas B sus pobladores padecieron esta dolencia. Como consecuencia de esta enfermedad, ya en el siglo XX, se obligó a la suplementación de vitamina B en estos cereales.
En la actualidad, todos los cereales refinados llevan la adición de esta vitamina, y si bien esta enfermedad se considera erradicada, solo puede aparecer en algunos países en vías de desarrollo. Es la vitamina que cura la polineuritis y el beriberi y se utiliza como complemento de algunos tratamientos antidepresivos y como tratamiento específico de la enfermedad de Wernicke –Korsakoff.
Funciones que desempeña la vitamina B1 o tiaminna: La tiamina interviene en varios procesos de nuestro metabolismo: Es coadyuvante en el tratamiento del herpes Zóster; mejora la capacidad mental y el aprendizaje; participa en el metabolismo de los carbohidratos; resulta eficaz contra los mareos; algunas investigaciones relacionan la carencia de esta vitamina con el cáncer de útero; es coadyuvante en el tratamiento del alcoholismo; coadyuvante en el tratamiento de la depresión; coadyuvante en el tratamiento del beriberi y la polineuritis; coadyuvante en el tratamiento de la esclerosis múltiple y la miastenia gravis.
En la transformación de los alimentos en energía, puesto que las enzimas que intervienen en este proceso metabólico necesitan de Vitamina B.
La absorción de glucosa por parte del sistema nervioso: Es un proceso donde interviene la tiamina, y como consecuencia de su deficiencia, se pueden presentar síntomas como la falta de coordinación y hormigueo en extremidades.
Todo ello causado por la degradación de las fibras nerviosas. Cuando se nombra al sistema nervioso se incluye al cerebro, ya que esta vitamina es esencial para que el mismo pueda absorber la glucosa de manera adecuada. Si así no sucede, pueden aparecer problemas depresivos, cansancio, poca habilidad mental, etc. El buen estado de la vista, para funcionar óptimamente, y así no padecer enfermedades como glaucoma (donde se han detectado niveles muy bajos de esta vitamina).
Su déficit puede ocasionar:
- Confusión mental.
- Trastornos neurológicos.
- Crecimiento del corazón y alteraciones cardíacas.
- Perdida del apetito.
- Produce el beriberi; alteraciones cardiovasculares.
- Irritabilidad, fatiga e inestabilidad emocional.
- Pérdida de memoria.
- Dolores abdominales.
- Inflamación del nervio óptico.
- Estreñimiento.
- Algunas investigaciones relacionan la deficiencia de esta vitamina con la aparición del cáncer de útero.
Causas que favorecen su deficiencia:
- Abuso de harinas blancas.
- Abuso de aceites refinados.
- Exceso en el consumo de café, alcohol y tabaco.
- Consumo excesivo de antiácidos.
- Consumo excesivo de sulfamidas.
- Consumo excesivo de pescados crudos.
- Consumo excesivo de ostras.
- Al cocer los alimentos, el calor favorece su destrucción.
Alimentos ricos en vitamina B1:
Uno de los grandes problemas de la tiamina es que su contenido se va reduciendo y alterando con el almacenamiento por períodos prolongados, lavado, hervor y cocción en microondas. La deshidratación la afecta mínimamente excepto en frutas, y su contenido en vegetales generalmente no se ve gravemente afectado por la congelación.
Pescados: Salmón, anguila.
Aves: Pato, pollo (hígado, corazón, pechuga).
Carnes: Buey (carne magra, hígado, riñones); cerdo (hígado, riñones, corazón, lengua, pierna, paletilla, morrillo, solomillo); cordero (sesos, corazón, hígado, pecho, pierna, carne magra); ternera (hígado, riñones, corazón, pecho, solomillo, pie, pierna, lengua, escalope); jamón cocido. Jamón curado y ahumado.
Pan, cereales y derivados: Germen de trigo, centeno en grano y en copos; maíz en grano, arroz con cáscara, cebada en grano, arroz sancochado, trigo en grano, avena en grano y sémola; avena en copos, grano e instantáneo y harina integral.
Pan: Pan de trigo moreno, de centeno moreno, de centeno integral y pan de trigo integral.
Hortalizas: Alcachofas, brotes de bambú, espárragos, guisantes, maíz dulce y patatas.
Legumbres: Garbanzos, guisantes amarillos pelados, habas lima, habas de soja, judías blancas y lentejas.
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