Un diminutivo son palabra ordinariamente formada mediante la adición de un sufijo (-ico, -ito, -uelo, -illo, etcétera) al que tradicionalmente se atribuye una significación empequeñecedora: paquetito, plazuela, etc. Investigaciones modernas han denunciado como característica del diminutivo la expresión de un afecto.
Los diminutivos son palabras con sufijos que indican tamaño pequeño, juventud, cariño o desdén. Referente a su construcción no hay un estudio definitivo y las pautas que se dan obedecen en gran medida a los usos locales o particulares del hablante.
Es verdad que una de las formas de construir los diminutivos es agregar el sufijo -cito, con c, como en avioncito, noviecito y Carmencita, pero si la palabra original termina en s, se mantiene la s y se agrega -ito, como en Andresito y Luisitos.
Los sufijos derivativos más habituales en español son:
• -ito, -ita (y sus variantes -ico, -ica / -illo, -illa)
• -ete, -eta
• -ín, ína
• -ejo, -eja
• -uelo, -uela
La adición de un sufijo es la forma más normal de expresar el diminutivo. En otras lenguas se emplean adjetivos que equivalen a pequeño, pero en español se prefiere cambiar la terminación (un buen ejemplo es El principito, que en francés es Le petit prince).
El sufijo -ito
El sufijo castellano -ito / -ita es el más usado de los diminutivos y también es apreciativo, pues con él se expresa cariño o desprecio. Se añade a sustantivos (casa/casita), a adjetivos (gorda/gordita), a algunos adverbios (luego/lueguito). En el Perú y en otras zonas de América, incluso se añaden a los demostrativos (esto/estito).
Los diminutivos no cambian el significado de las palabras de las que se derivan, pero aminoran el tamaño del objeto al que se refieren. Su función es enfatizar el mensaje que se transmite.
En ocasiones pueden añadir un valor apreciativo o afectivo, en función del contexto, que a veces es el único matiz que se presenta, y no el de tamaño, cuando dicho objeto no puede ser disminuido, como en pesetilla o semanita.
Además, hay palabras como ganchillo, acerico o pañuelo que con el tiempo se han lexicalizado, es decir, han perdido la connotación diminutiva que tuvieron en su origen.
Admiten cualquier forma de sufijo (-ito, -cito, -ecito), pero condicionan el uso de uno u otro a si terminan en vocal átona, vocal tónica o en consonante.
También depende de qué vocal se trate para saber cual sufijo usar:
Palabras bisílabas terminadas en vocal átona –a: cama → camita
Palabras bisílabas terminadas en vocal átona –o: coro → corito
Como en toda regla, hay excepciones, algunas palabras bisílabas terminadas en –a o en –o átonas hace diminutivo con –ecito, -ecita:
seria → seriecita
Por lo mismo, un gran número de palabras bisílabas terminadas en vocal-a/-o átonas tienen dos formas para el diminutivo. Muchos autores actuales consideran válidas las formas americanas, antes tildadas de incorrectas:
puerta → puertecita / puertita
siesta → siestecita / siestita
fiesta → fiestecita / fiestita
cuesta → cuestecita / cuestita
cuento → cuentecito / cuentito
puesto → puestecito / puestito
Otros sufijos diminutivos
-illo/-illa: venado/venadillo, mujer/mujercilla. Afectivo, despectivo.
-ico/-ica: perrico/perrica
-ucho/-ucha: casa/ casucha. Despectivo.
-ín/ina: pequeñín/pequeñina. Afectivo.
-uelo/uela: ladrón/ ladronzuelo/ladronzuela. Afectivo.
-ete/-eta: viejo/vejete. Despectivo.
-uco/-uca: perro/perruco. Despectivo.
La terminación -uelo Cuando se forma un diminutivo con esta terminación de una palabra que acabe en dos vocales que no formen diptongo y cuya penúltima sea e o i tónicas, pasa a ser -huelo (para reflejar la pronunciación): de aldea → aldehuela.
Palabras originadas de diminutivos
Algunos diminutivos se han convertido en palabras. Por ejemplo, el tirador de una puerta tiene forma de pera, y se le llama perilla.
Estas palabras tienen sus propios diminutivos (perillita).
pera: una fruta; perilla: tirador
mano: parte del cuerpo; manecilla: puntero del reloj
chico: niño; chiquillo: muchacho
bolso: cartera de mujer; bolsillo: bolsa cosida a la ropa
balanza: para pesar; balancín: para jugar
Terminación según el género
En general, la terminación es la del género que corresponde a la palabra a la que se añade: -ita para el femenino e -ito para el masculino:
la casa, la casita
el libro, el librito
el jefe, el jefecito
la señal, la señalita
el canal, el canalito
Sin embargo, los nombres femeninos que terminan en –o y los nombres masculinos que terminan en –a, conservan la terminación de la palabra:
la foto, la fotito
la mano, la manito (en América)
la moto, la motito
el planeta, el planetita
el cura, el curita
el esquema, el esquemita
el diploma, el diplomita
el día, el diita