Frecuentemente en un discurso sucede que se cuelen algunas palabras con significados o matices significativos que nos les corresponden o no les son propios. A este tipo de errores se les conoce como imprecisiones o impropiedades léxicas.

La impropiedad ocurre cuando se le atribuye a las palabras un significado que no tienen, la confusión puede venir por el por el parecido fónico o por una traducción apresurada al castellano.
Incorrecto:Es un ejecutivo agresivo.
Correcto: Es un ejecutivo audaz.
Incorrecto: Miguel ostenta el cargo de alcalde.
Usamos el idioma con propiedad cuando empleamos las palabras con el sentido real y objetivo que poseen (y que es aceptado como el correcto), y no con el que (por error, ignorancia o pereza) imaginamos o creemos que tiene. Cuando endilgamos a las palabras sentidos que no tienen (sea porque resulten contradictorios, discordantes o inoportunos), dejamos de usar el lenguaje con propiedad.
Incorrecto: Manuel se aplica en sus funciones con agresividad.
Correcto: Manuel se aplica en sus funciones con audacia.
Incorrecto: Las autoridades incautaron un paquete de droga.