El 21 de agosto del 2013, la oposición siria acusa a fuerzas del Gobierno de gasear a cientos de personas al disparar cohetes que soltaron humos mortales sobre los barrios donde murieron 1.429.

A la 1:15 de la mañana hora local, la oposición anuncio en sus páginas de facebook combates intensos en la zona Ghouta cerca de Damasco, a las 2:45 de la mañana la oposición informa sobre un bombardeo químico en el distrito de Ein Tarma, a las 2:47 un segundo informe de la oposición dijo que se habían usado armas químicas cerca de Zamalka.
Las imágenes son claras y han dejado muy poco espacio para dudar de que los sirios fueron víctimas de un ataque químico el mes pasado.
Como parte de las pruebas para conseguir el apoyo del Congreso, la administración Obama recurrió a videos que muestran los momentos posteriores a dichos ataques, incluidos 13 que fueron mostrados al Congreso. Sin embargo, a pesar de los fuertes contenidos reflejados, los videos no muestran claramente a los responsables. [4]
Los especialistas de la ONU consideran evidentes las pruebas sobre el uso de armas químicas el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco y precisaron que contra la población civil fue disparado un misil tierra-tierra con gas sarín.
El Kremlin ha mostrado su desacuerdo con el informe de los inspectores de la ONU sobre el ataque químico que causó la muerte a más de 1.400 personas a las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto. El Gobierno ruso ha tachado de "sesgado y parcial" el informe, que concluye que se usó gas sarín contra civiles en Siria y que apunta como culpable al régimen de Bashar Asad.
Así mismo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, declaro que Rusia tiene "razones serias" para pensar que el ataque químico del 21 de agosto cerca de Damasco "fue una provocación".
El presidente sirio, Bashar Asad, confirmó la disposición de Damasco de entregar su arsenal químico bajo control internacional sin condiciones previas y estimó que la operación tardará un año y costará 1.000 millones de dólares.