El epitalamio es una composición poética del género lírico, en celebración de una boda.

El nombre epitalamio es de origen griego, que significa sobre y lecho nupcial; consiste en un canto que se realizaba a las puertas de la habitación de los recién casados, entonados por un coro de jóvenes y doncellas acompañados de flautas u otros instrumentos.
Entre los géneros literarios el epitalamio es un subgénero lírico.
En la antigua Grecia era una tradición entonar estos cantos para invocar la buena suerte en una boda. Safo, es considerada como una de las pioneras del epitalamio.
El autor V. Joaquín Bastús señala que entre los griegos el epitalamio no fue mas en un principio ó en tiempos heroicos, que una sencillas aclamación de Hymen ó Hymenée, esta palabra pasó a ser después no más que un accesorio del epitalamio; la cual se intercalaba en el poema, con ella expresaban los coros en ciertos períodos o pasajes, los aplausos y votos que hacían a favor de los desposados.
El epitalamio latino tuvo un origen muy diferente del griego. Consistía primero entre romanos en la aclamación de las palabra Thalassius ó Thalassus, que era el Dios de las bodas, una expresión de alegría consagrada a la solemnidad de esta clases de fiestas, y que significaba los mismo que Hymen entre los griegos.
Los epitalamios suelen ser usados por los pueblos occidentales.
Un nuevo hogar es huerto florecidode jazmines, y lirios, y azahares,entre cuyas alburas estelaresse estremece el amor, como un latido.Surge de cada flor, de cada nidoun verso del Cantar de los Cantaresy pasan, del Hermón por los pinares,suspirando los vientos un gemido.De Galaad por los collados bajantriscando las ovejas. En las viñasde Engaddi el zumo los racimos cuajan;mientras la esposa ve, desde el umbrosoretiro, que atraviesa las campiñasy se acerca a sus puertas, el esposo.¡Oh, esposa! virgen y radiante, mira:el amor en sus ojos centelleay el coro de los sueños le rodeay a su oído solícito suspira.A infundirte su alma sólo aspira.Su cerebro, que es urna de la idea,cual una forja ignífera chispea.Canta su corazón, como una lira.¡El coro de los sueños! Los amigosdel esposo, que en júbilo inundados,de su dicha inmortal serán testigos...Los recuerdos del niño, los anhelosviriles que le ascienden, ya encarnados,en un viaje contigo, hasta los cielos.Y a ti, joven y fuerte, en los umbralesdel sagrado refugio, jubilosate espera amante la rendida esposabajo los resplandores otoñales.Tampoco sola está: las virginalescompañeras, de frente ruborosa,tienden sobre ella su dosel de rosa,al compás de los cánticos nupciales.Son las ansias sin fin, las esperanzas,las ilusiones del amor venidasde azules y profundas lontananzas.Todas alzan un himno al varón fuerteque ha de llevar dos almas y dos vidas,a través de la vida y de la muerte.