El epigrama es una composición poética breve en que con precisión y agudeza se expresa un solo pensamiento principal, por lo común festivo o satírico.

En un principio, es una leyenda grabada sobre piedra o metal, con la finalidad de perpetuar la memoria de una persona o un acontecimiento: alabar a un héroe, ofrecer un voto o recordar a un difunto; por el hecho de que, en su origen, la grafía está íntimamente ligada al monumento, a la ofrenda o al sepulcro que acompaña, la temática se encuentra circunscrita principalmente a los ámbitos laudatorio, votivo o funerario, impregnados todos ellos de un claro fin conmemorativo.
Según Asclepíades de Samos, el epigrama literario se convirtió a finales del siglo IV en uno de los géneros literarios más importantes de la poesía griega.
En tal sentido, Marco Valerio Marcial plantea las características formales del epigrama como los son: la brevedad, la concisión y el condicionamiento del tema por la circunstancia concreta que conmemora.
Elogio fúnebre
Reservas tus elogios para los muertos, jamás aprecias a un poeta vivo. Discúlpame, prefiero seguir viviendo a tener tu alabanza.