El nuevo estadio de Fráncfort tiene nivel mundial. Con 48.000 asientos y un techo que se puede cerrar completamente, ofrece perfecta comodidad.

Este estadio comenzó a construirse en julio de 2002, en reemplazo del antiguo Waldstadion (Estadio del Bosque) de la ciudad. Las obras, que consumieron 80.000 metros cúbicos de hormigón y 12.000 toneladas de acero, terminaron el año pasado. Desde entonces, el equipo local, el Eintracht Frankfurt, cuenta con su nueva morada, que también se ha ganado el corazón de los defensores del medioambiente. La razón es clara: el estadio tienen un fabuloso sistema de alcantarillado y un enorme colector de aguas lluvia. Además, aparte de los 126 millones de euros que costó la construcción, se invirtieron también 45 millones de euros en la infraestructura viaria y ferroviaria de la zona.