Esta fotografía es uno de los miles de ejemplos que podemos encontrar en las distintas ciudades y pueblos de Venezuela, cuando se aproximan cualquier tipo de elecciones (y últimamente, incluso cuando no las hay también).
Al parecer las personas encargadas de tapizar cualquier pared, muro, papelera, poste, y un sinfín de lugares más, sólo piensan en que entre mayor sea el número de caritas del candidato o candidata (no importa el sexo, color o partido al que pertenezca) regadas por toda la ciudad, y que sean visibles para los ciudadanos electores, entonces mayor será la posibilidad de ganar las elecciones. Sin el mínimo sentido por la estética callejera, que si bien la cultura graffitera también contamina, al menos lo hace -algunas veces- de forma artística.
¿Será que Zuleima Siso* quiere comparar su sonrisa con la de la chica del graffitti?
*Candidata por Un Nuevo Tiempo, a la alcaldía del municipio Girardot del estado Aragua.
