Jugar no solo es el momento de recreación, es un momento importante de la socialización. A través del juego con otros, los niños, aprenden y desarrollan pautas de interacción, acceden a los códigos comunes de su comodidad.

Fomentar la importancia del juego en los padres mejora el desarrollo de la personalidad del niño. Del juego depende su desarrollo físico, emocional y espiritual, porque aprenden a compartir, respetar, conocer, socializar, tolerar, conocer límites, asimilar la realidad y soñar. Los especialistas coinciden en que los niños aprenden mas jugando que trabajando, por que se expresan y aprenden mediante actividades de ejercitación y placer.
Para estimular el juego debe:
Mostar una actitud alegre y cariñosa.
Darle cosas que pueda manipular.
No darles juguetes muy pequeños o quebradizos.

Juagar con ellos para enseñarle como hacerlo.
No interferir durante las discusiones o pleitos que surjan.
Estimula y valora toda actividad espontanea de un niño.
Corregir con respeto.
Cumplir lo que se propone.
Investiga genera nuevas ideas, se desarrolla su mente y se plantea nuevos proyectos.
Los sentimientos no son propiedad de un sexo. Niños y niñas pueden reir, llorar, amar y enojarse; se les debe permitir expresarlo.
Estimula la actividad espontanea de un niño.