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Decreto de Guerra a Muerte (15 de junio de 1813)

El 15 de junio de 1813 el Libertador dicta, en horas de la madrugada, la famosa proclama de Guerra a Muerte. Este decreto fue la respuesta de Simón Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por jefes realistas luego de la caída de la Primera República 1810-1812.

El decreto de Guerra a Muerte es considerado por algunos como de extrema crueldad y para otros como una necesidad ante los crímenes de los realistas en esos días en que veían acercarse el final de su dominación a los pueblos americanos. Este decreto fue la respuesta de Simón Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República 1810-1812.

La matanza de los republicanos por parte de los españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de miembros de la monarquía española y de los patriotas. Los realistas ordenaban el asesinato de criollos ancianos o niños desde los siete años en adelante, violaciones a la mujer, saqueos, decomiso de bienes inmuebles, juicios sumarios, condenas a presidio y ajusticiamientos. Esto llegó a oídos del Libertador quién lo constató y el 8 de junio desde Mérida expresó:

«Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte».

Uno de los españoles que estaba en contra de la matanza de republicanos por parte de los españoles Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas, fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió (infructuosamente) en distintas formas que cesaran las ejecuciones.

Decreto de Guerra a Muerte, 15 de junio de 1813
Decreto de Guerra a Muerte

Guerra a Muerte

Durante la caída de la Primera República, y más tarde durante los éxitos republicanos durante la Campaña Admirable que dieron nacimiento a la Segunda República, los ejercitos realistas bajo el mando de Domingo Monteverde, y otros jefes españoles, habrían supuestamente cometido actos criminales contra criollos civiles y militares. Sin embargo, la Guerra a Muerte fue una práctica de ambos bandos, quienes no tomaban prisioneros y eran frecuentes las represalias contra los colaboradores del bando opuesto.

Esta práctica por parte de los españoles despierta la ira de Bolívar, y el 15 de junio de 1813 se realiza la Proclama del decreto de Guerra a Muerte en el cual expresa:

«...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables».

Bandera de Bolívar de la Guerra a Muerte
Bandera de Bolívar de Guerra a Muerte, hecha en Trujillo el 15 de junio de 1813 durante la proclama de Guerra a Muerte. Se convirtió en la bandera oficial de la Campaña Admirable.

En una primera instancia esta manifestación fue considerada por Bolívar como ley fundamental, que luego ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante una proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos historiadores puede ser considerado como un Segundo Decreto de Guerra a Muerte. El decreto implicaba que cualquier español o canario que no fuese parte de la causa independentista sería "pasado por las armas", pero que todos los americanos serían perdonados incluso si cooperaban con la causa española.

De hecho, durante el resto de la Campaña Admirable fueron fusilados europeos y canarios casi sin excepción. Posteriormente, cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte».

En febrero de 1814 Juan Bautista Arismendi procedió a fusilar a 886 prisioneros españoles en Caracas por orden directa de Bolívar, número que se incrementó con enfermos del hospital de la Guaira. Como consecuencia de esto, los españoles también ajusticiaron varios distiguidos líderes republicanos entre 1815 y 1817.

Fragmentos de la proclama de Guerra a Muerte

Simón Bolívar...a sus conciudadanos.

Tocado de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia a las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña, y os han destruido con la muerte: que han violado los derechos sagrados de las gentes: que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y, en fin, han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así pues, la justicia exige la vindicta y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre: que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignorancia y mostrar a las naciones del Universo que no se ofende impunemente a los hijos de la América...

Todo español que no conspire contra la tiranía a favor de la justa causa, por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo y castigado como traidor a la patria, y, por consecuencia, será irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestros ejércitos con sus armas o sin ellas: a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se conservarán en sus empleos y destinos a los oficiales de guerra y magistrados civiles que proclamen el gobierno de Venezuela, y se unen a nosotros; en una palabra, los españoles que hagan señalados servicios al estado, serán reputados y tratados como americanos...

Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables, y sólo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente, los autores de vuestros crímenes, han podido induciros a ellos...

Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedad: el solo título de americanos será vuestra garantía y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros y no se emplearán jamás contra uno solo de nuestros hermanos...

Españoles y canarios, contad con la muerte, aún siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América; americanos, contad con la vida, aún cuando seáis culpables.

Fin de la Guerra a Muerte

El 27 de noviembre de 1820 en Santa Ana de Trujillo, se firmó un Tratado de Armisticio entre España y la recién constituida Gran Colombia, por el que se acordó un cese al fuego por 6 meses, y al día siguiente, el 28 de niviembre se firmó un Tratado de Regularización de la Guerra en el que ambos bandos se comprometían a respetar los derechos de los combatientes, e incluso realizar cambios de prisioneros.

La guerra se reanudó antes de lo acordado, a partir del 28 de abril de 1821. Sin embargo, el 24 de junio de 1821 se selló la independencia de Venezuela del imperio español con la victoria patriota en la Batalla de Carabobo, y el último remanente de las fuerzas realistas fue derrotado en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823.

  • Categoría: Historia
  • Publicación: 13-abr-2011 13:25
  • Última edición: 20-ene-2016 13:51