La disputa política entre el gobierno de José Tadeo Monagas y el Partido Liberal frente a José Antonio Páez (apoyado por los conservadores) culminó con el asalto al Congreso del 24 de enero de 1848.
El clima de tensión reinante en el país por el enfrentamiento político entre los liberales que en ese momento gobernaban el país con José Tadeo Monagas y los conservadores encabezados por José Antonio Páez llegó a su punto de ebullición cuando el 24 de enero de 1848 se produjo un asalto al Congreso Nacional de Venezuela que acabó con la disputa. Hasta ese día el Congreso Nacional se encontró con una mayoría conservadora que favorecía el liderazgo de Páez.
El 23 de enero de 1848 la Cámara de Representantes se declaró en reunión secreta, donde se resolvió el traslado del Congreso a Puerto Cabello, con 33 de los 44 votos presentes, para garantizar la seguridad del Congreso, en preparación para lo que seguía: el enjuiciamiento del presidente José Tadeo Monagas. Sin embargo el traslado del Congreso debía ser aprobado también por la Cámara Alta donde un senador liberal mantuvo su derecho de palabra durante la sesión, presumiblemente con la intención de retrazar el proceso.
Para resguardar a la Cámara de Representantes se nombra al Coronel Guillermo Smith como Jefe de la Guardia, quien reunió 200 hombres armados, lo cual genero suspicacia en las gentes y se comenzaron a ver personas armadas en las calles de los alrededores. El ejecutivo no estaba de acuerdo con la medida tomada por la Cámara de Representantes.
24 de enero de 1848

El 24 de enero de 1848, cuando una multitud de personas de reúnen frente al Convento de San Francisco, sede del Congreso. El Secretario del Interior, Dr. Tomás José Sanabria, presenta su informe anual y al momento de retirase el Congreso le niega el permiso invitándolo a quedarse, al igual que otros de Secretarios del Gabinete. Dejando al Presidente Monagas sin poder. La constitución establecía para entonces que el presidente no podía expedir órdenes sino a través de sus Secretarios.
Corrió por las calles la noticia de que el Secretario del Interior se encontraba detenido y ante los rumores de que su vida peligraba comenzaron a desesperarse. Mientras, dentro del Convento se propagaba el rumor de que el pueblo iba a rescatar al Secretario. Al iniciar el forcejeo en la entrada principal, uno de los guardias disparó, hiriendo de muerte al Capitán de Milicias Miguel Riverol, y posteriormente el sastre Juan Maldonado. Los disparos eran de ambos bandos, los representantes de la Cámara entraron en pánico, buscaban la forma de escapar por los balcones, tejados por donde fuese posible.
El Coronel Guillermo Smith es herido y tres diputados, Juan Vicente Salas, Juan García y Francisco García Argote, son asesinados al intentar salir a la plaza. La multitud asesina al Julián García, quien disparaba desde la multitud. Otra víctima fue el Dr. Manuel María Alemán.
El Senado se encontraba reunido a puertas cerradas en otra sala. El Presidente José Tadeo Monagas se dirigió a la plaza para conocer los hechos y escoltó personalmente a algunos diputados.
Muchos conservadores pidieron asilo a delegaciones extranjeras, otros partieron con rumbo a Curazao. En total hubo ocho personas muertas, la mayoría de los diputados muertos fueron apuñalados. El honorable Santos Michelena resultó herido y murió poco después. El Presidente Monagas y otros altos funcionarios, recorrieron las legaciones extranjeras, en busca de los congresistas, con el fin de que se reincorporaran a sus actividades. Algunos se negaron a volver.
Al lograrse el quórum con una mayoría liberal, el Congreso declaró restituido el orden constitucional y se le concedieron poderes especiales al ejecutivo para contener cualquier revuelta que se pudiese producir en el país.
Consecuencias
Este suceso selló la resolución de la disputa entre ambas facciones que venían enfrentándose desde 1830. Páez lo utilizó como justificación para levantarse en armas en contra del gobierno de Monagas, mientras éste a su vez lo utilizó para imponerse a un Congreso que se le contraponía y para vencer a Páez en sus ambiciones de controlar el poder sin ser presidente.
Desde los hechos del 24 de enero de 1848, el Congreso Nacional y el Poder Judicial pierden su autonomía y se convierten en instituciones subordinadas a la voluntad del Presidente de la República. Tan solo un día antes, en el Congreso se discutía el enjuiciamiento del presidente José Tadeo Monagas por haber ejercido facultades extraordinarias ilegalmente, emplear la fuerza armada sin consentimiento del Consejo de Gobierno y de haber ejercido la administración fuera de la capital, hechos que eran violatorios a la Constitución.
A partir de ese momento el Congreso Nacional se convirtió en un órgano complaciente con el Poder Ejecutivo, una tendencia que se mantuvo durante gran parte de la historia contemporánea de Venezuela.